En parte previsible y en parte sorprendente, su nuevo Gobierno, señor presidente, no entusiasma, pero tampoco parece provocar rechazos frontales. Una petición para usted y su equipo: desempéñense mejor al estilo dialogante del miércoles de su investidura que al admonitorio del sábado. Otra: piense siempre en esa parte de la sociedad que se nos va por el desagüe de la desigualdad. Y un deseo: ¡suerte y aciertos! Los necesitamos.

ARTÍCULOS RELACIONADOS