Lo de hoy va a ser una columna totalmente impopular. Ideal justo antes del parón de verano. Me encanta Disney, me gusta muchísimo ir al cine y una de mis películas favoritas de toda la vida es El rey león. Sabéis por dónde voy, ¿verdad? No, no me ha encantado la nueva versión del clásico africano.

La película es sobresaliente, las animaciones son impresionantes, el paisaje, la fotografía..., pero me faltan emociones. Los leones ya no transmiten tanto como cuando eran dibujos animados. Ni siquiera lloré con la escena de la estampida. ¿Es eso normal?

Otra de las cosas que me ha enfadado y mucho es el tema de la banda sonora. ¿Qué demonios han hecho con las canciones? Me parece perfecto que exista un segundo disco producido por Beyoncé con canciones inéditas inspiradas en África, pero ¿por qué han tocado la que era una de las mejores bandas sonoras de la historia de Disney? Ni siquiera Hakuna matata suena igual.

Sin ninguna duda, uno de los temas más famosos de El Rey León, suena diferente. Hay partes a las que le han cambiado la métrica, y hasta en algunos diálogos varía la letra. Sentí lo mismo cuando estuve viendo el musical y no podía cantar las canciones porque la letra era diferente. Bien es cierto que las voces españolas que cantan en la peli son muy buenas, creo que el principal problema es la dirección.

Al final de Es la noche del amor Timón y Pumba ni siquiera lloran, y en Yo voy a ser el rey león Simba se pasa de vueltas con tanto girito estridente al estilo Christina Aguilera. Y, para colmo, lo que hacen con Preparaos: el temazo que Scar canta rodeado de hienas bailongas pasa de ser oscuro y potente a convertirse en algo tan diluido como un refresco de cola sin gas.

Pese a todo, la película es brillante y todo el mundo debería ir a verla. Eso sí, yo ya te he puesto en preaviso para que no te lleves ningún chasco musical.