
En España se ha conseguido que la mayoría de las personas con VIH diagnosticadas estén en tratamiento antirretroviral y que tengan la carga viral indetectable, lo que impide la transmisión del VIH. ¿Qué nos hace falta para llegar a tiempo a la meta marcada por Onusida de que en 2030 lleguemos a una generación libre de VIH? Además del diagnóstico precoz y de la utilización del preservativo, hay una nueva medida preventiva: la profilaxis preexposición (PrEP) que consiste en la administración de antirretrovirales.
La PrEP previene eficazmente la infección por VIH; muchos países la ofertan a la población en mayor riesgo de infección, y su éxito está siendo rotundo en ciudades como San Francisco o Londres. España no está apostando por ella de forma urgente como sí lo han hecho Francia o Portugal. El principal argumento es económico: ¿sale a cuenta pagar ahora para ‘prevenir’ lo que tendremos que ‘curar’? Los estudios muestran que la PrEP es coste-efectiva. Esto obliga a muchas personas a acceder al tratamiento mediante su compra por internet, sin posibilidad de seguimiento médico, evitando además que puedan acceder a seguimiento y detección de otras infecciones de transmisión sexual.
El gobierno del PP debe implementar ya la PrEP, porque con casi 4.000 nuevas infecciones anuales, España debe estar preparada para llegar al reto en 2030. Tenemos las herramientas para ello y una fundamental es esta estrategia preventiva.
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