Tras el júbilo de los vencedores y el lamento de quienes perdieron pasa la resaca electoral y empieza el baile. La aritmética en Cataluña pone a Salvador Illa como el galán más agraciado pero será Pere Aragonès el que podrá escoger pareja. Todo apunta a que su partido arranque el flirteo con los socios independentistas a los que detesta y pretenden cambiarle el paso. De haber pisotones en las primeras piezas puede que ERC encuentre la excusa para danzar con la misma coreografía que en las pistas de Madrid. Habrá baile aunque no con el sentido cósmico y fraternal de una sardana.
OPINIÓN16.02.2021 - 06:19h
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