OPINIÓN

Le toca a la banca

  • Mario Cantalapiedra es economista y profesor de la Universidad Nebrija
Cajera de un supermercado recibiendo el dinero usando guantes.
Cajera de un supermercado recibiendo el dinero usando guantes.
EFE
Cajera de un supermercado recibiendo el dinero usando guantes.

En 2008 el esfuerzo que realizó el conjunto de la sociedad para rescatar a las entidades financieras fue muy importante. A pesar de que la crisis tuviera su origen precisamente en el sistema financiero y que desde ahí se extendiera al resto de la economía, el dinero público se utilizó para salvar a las entidades más perjudicadas, que en el caso español fueron sobre todo las cajas de ahorro. Seguramente se actuó así, entre otras motivaciones, porque la alternativa hubiera sido un rescate completo de nuestra economía.

Ahora estamos viviendo una situación diferente, en la que una crisis sanitaria, la pandemia, ha ocasionado un fuerte “shock” de oferta con fábricas paralizadas primero en China y luego en el resto del mundo, y posteriormente un fuerte “shock” de demanda, en el que el consumo se ha reducido drásticamente en muchos sectores económicos debido al confinamiento.

El escenario es complejo y especialmente incierto, en la medida en la que desconocemos el tiempo que nos llevará derrotar al dichoso “coronavirus”, o al menos a convivir con él de forma razonable. No obstante, hay ciertos aspectos en los que estamos mejor que en 2008. 

El sistema financiero que tanto sufrió entonces, ahora se encuentra en una mejor situación con balances menos endeudados y una mayor disposición tanto de capital como de liquidez, en gran parte gracias a los cambios regulatorios originados por el colapso de Lehman Brothers.

Es la hora de que la banca devuelva el favor a la sociedad. La financiación bancaria se me antoja fundamental para que el tejido empresarial y las familias puedan recuperarse. 

No digo que sea fácil, porque la banca ha de afrontar todavía retos importantes como la escasa rentabilidad de su negocio en un contexto de tipos negativos o las posibles operaciones corporativas que integren a las entidades más débiles en grupos mayores, pero sí es algo necesario.

Y en estas circunstancias, también cobra protagonismo el papel de los poderes públicos. En la reciente cumbre empresarial promovida por la CEOE, el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, advirtió que no era momento para pedirle al sector bancario esfuerzos en forma de impuestos que incidan negativamente en su sostenibilidad. 

Me parece interesante que desde el Gobierno se reflexione sobre esta cuestión, planteándose dónde deben poner el foco en estos momentos: en la subida de impuestos a la banca o en los mecanismos de colaboración con ella para que la financiación bancaria llegue a empresas y familias.

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