Nacho Murgui Concejal de Más Madrid en el Ayuntamiento de Madrid
OPINIÓN

Ofensiva contra la participación ciudadana

El Espacio Vecinal Arganzuela (EVA) en el antiguo Mercado de Frutas y Verduras de Legazpi
El Espacio Vecinal Arganzuela en el antiguo Mercado de Frutas y Verduras de Legazpi.
EP
El Espacio Vecinal Arganzuela (EVA) en el antiguo Mercado de Frutas y Verduras de Legazpi

La vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, llevó al último Pleno una propuesta para expresar el reconocimiento a la labor de los trabajadores públicos y asociaciones de vecinos. Más Madrid se negó a votar a favor considerando que se trataba de un gesto vacío e hipócrita. Dos días después, el Ayuntamiento comunicaba el cerrojazo de la Casa de la Cultura de Chamberí, un espacio en el que colaboran 22 asociaciones.

Posteriormente corría la misma suerte el Espacio Vecinal Arganzuela (EVA), antes había sido la Casa del Cura de Malasaña -intento frenado en los tribunales-, el Mercado de San Enrique (Tetuán), La Gasolinera (Salamanca) y La Salamandra (Moratalaz), por mencionar algunos. A estos se suma la desaparición de dos equipamientos a los que se ha despojado de su carácter social: el Campus Asociativo de la Casa de Campo y la Casa de Asociaciones de Hortaleza

En definitiva, la declaración de agradecimiento era, en realidad, una declaración de guerra.

Varios espacios fueron cedidos a asociaciones mediante convocatorias públicas poniendo fin a la opacidad del PP

Durante el anterior mandato municipal, varios espacios como la Casa de Cultura de Chamberí, EVA, la Casa del Cura y el Mercado de Tetuán fueron cedidos a asociaciones mediante convocatorias públicas. Se ponía fin así a la opacidad que habían caracterizado las cesiones bajo los gobiernos del PP.

Terminar con esta experiencia y otros avances conseguidos en materia de participación ciudadana ha sido una de las banderas del actual Gobierno de nuestra ciudad. En ese punto se anudan y se dan la mano las tres derechas, y la que se autodenomina "liberal" y reivindica el “centro político”, Ciudadanos, es la que actúa como ejecutora de los dictados de la corriente más reaccionaria del tripartito madrileño.

Es destacable el entusiasmo ideológico con el que los naranjas cumplen los encargos de los ultras

Es como si parte de la estrategia de los discípulos locales de Trump fuera arrancar la máscara de sus aliados autodenominados "liberales", poniendo en evidencia que la “derecha es una y no cincuenta y una”. En este sentido es destacable el entusiasmo ideológico con el que los naranjas cumplen los encargos de los ultras y la disciplina con la que se someten al desgaste político del que protegen a sus otros socios de gobierno.

No es ninguna novedad que las fuerzas políticas que tratan de imponer un proyecto autoritario tengan como principal enemigo a los movimientos ciudadanos a quienes ven como baluartes de la democracia. Puede que sea precisamente por eso por lo que su eliminación sea uno de los puntos clave del pacto de gobierno de la ciudad de Madrid.

Obviamente no van a conseguirlo, como no lo consiguieron en décadas pasadas más oscuras a las que Madrid no está dispuesta a regresar.

PD: El mural se queda.

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