Mercè Perea Diputada del PSC en el Congreso y portavoz de la Comisión del Pacto de Toledo del GPS
OPINIÓN

Por una Cataluña abierta, tolerante y plural

Pere Aragonés y Salvador Illa
Pere Aragonés y Salvador Illa
EFE
Pere Aragonés y Salvador Illa

El pasado domingo se celebró el Congreso extraordinario del Partido de los Socialistas de Catalunya en el que Salvador Illa fue nombrado primer secretario con una ejecutiva renovada y una clara apuesta por una Catalunya federal, profundamente reformista, humanista y heredera del PSC fundado en 1977. Un Congreso motivado por el paso al lado del anterior primer secretario y el actual presidente del PSC, Miquel Iceta.

Este Congreso se ha celebrado en un momento crucial, un momento en el que la socialdemocracia ha vuelto a ser el eje transformador de nuestra realidad, en este caso para proteger la salud y el trabajo de todos y de todas en un tiempo récord.

Y de nuevo se ha puesto de relevancia la necesidad de la unidad civil. Cuando caminamos juntos el éxito está asegurado. Sin embargo, vivimos en un escenario de constante confrontación, en el que la vida pública se ha convertido en puro tacticismo por una ristra de votos o por revanchismo.

De nuevo, la lengua se convierte en un arma arrojadiza. Escuchar al líder de la oposición decir que en Cataluña a los niños no se les deja ir al baño si no hablan catalán es el último improperio que esperábamos escuchar de un líder desnortado al que se le acaba la mecha.

La lengua como herramienta de confrontación ha vivido múltiples episodios a lo largo de su historia. Por tanto, ni innova la derecha española ni tampoco innovan los nacionalistas catalanes.

Los socialistas hemos defendido siempre una Cataluña y una España abiertas, tolerantes y plurales. Por ello, los socialistas hemos combatido y combatiremos el pensamiento único, la homogeneidad de la cultura y el monolingüismo que divide y empobrece. No son estas palabras mías. Corresponden a la Resolución del catorce del Congreso del PSC: Las Lenguas como instrumento de comunicación y convivencia. 

Fomentar el catalán y el castellano, así como el aranés, es una obligación de los poderes públicos. Ya en 1981 el PSC se comprometió al restablecimiento de la normalización lingüística como lengua propia. La lengua catalana y castellana, entendidas como un derecho de la ciudadanía. Y como un elemento de cohesión social.

Y aquí los socialistas no vamos a entrar en ese sucio juego. Hace mucho tiempo que nuestra posición es clara y diáfana. Somos herederos de la escuela catalana de Marta Mata. El PSC evitó segregar a los niños y niñas por la lengua. Salvador Illa se reafirmó el pasado domingo: "¡No nos dividirán por la lengua!”. Nosotros somos un solo pueblo, diverso y plural y nadie nos va a llevar al fango de la polarización. Los y las socialistas nos oponemos a la segregación social por razón de origen o de lengua. Nos oponemos, por tanto, a los que menosprecian la diferencia. Tanto a los que la defienden para crear comunidades separadas como a los que imponen el monolingüismo catalán. La inmersión lingüística funciona para que los chicos y chicas acaben la escuela obligatoria hablando las dos lenguas. Un modelo de éxito.

Raimon Obiols el pasado domingo nos recordaba que el PSC siempre había sido un partido federalista para España y para Europa, y un partido federador. “Hemos sido la argamasa de la sociedad catalana. Por encima de motivos de origen o de lengua, nuestro objetivo se resume en dos lemas: somos y seremos un solo pueblo y la lengua no nos dividirá”.

Y les decimos, a los de la triple derecha por un lado y a los sectores políticos que están en huida hacia ninguna parte, les exigimos que dejen de promocionar la discordia, dejen de utilizar el lenguaje guerracivilista. No les vamos a permitir que confronten a la sociedad catalana ni a la del resto de España. Confrontar es miserable porque supone un choque de sentimientos.

Las victorias colectivas se ganan desde la unión, el coraje y el trabajo compartido y no desde el choque de sentimientos.

Salvador Illa acabó su intervención diciendo: “El PSC no le ha fallado a Catalunya ni a España en estos últimos diez años”. Diez años de división y retroceso, de empobrecimiento económico, de desprestigio institucional. Los socialistas no hemos fallado. Hemos sido un partido de estado en un momento de ataque al estado de derecho.

Ahora, el PSC, de la mano del PSOE, ofrecemos para Cataluña y para España un camino ancho, donde quepamos todos y todas, y en el que nos reconozcamos todos en una sociedad abierta, tolerante, plural y diversa.

Por ello, me parecía oportuno recordar que nuestros retos colectivos como catalanes y catalanas son los mismos que para el resto de España, y solo si los asumimos desde la unidad civil seremos capaces de salir victoriosos.

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