Diego Carcedo Periodista
OPINIÓN

La amenaza de guerra

Militares rusos de las unidades de la 150º División de Fusileros del Distrito Militar del Sur participan en el entrenamiento militar en los campos de la región de Rostov, Rusia.
Militares rusos de las unidades de la 150º División de Fusileros del Distrito Militar del Sur participan en el entrenamiento militar en los campos de la región de Rostov, Rusia.
EFE/RUSSIAN DEFENCE MINISTRY PRESS SERVICE
Militares rusos de las unidades de la 150º División de Fusileros del Distrito Militar del Sur participan en el entrenamiento militar en los campos de la región de Rostov, Rusia.

No está claro si los Estados Unidos y Rusia están decididos de verdad a emprender una guerra en torno a Ucrania, pero lo cierto es que los dos se están preparando para enfrentarla. Las imágenes que muestran los satélites son elocuentes: Moscú continúa ordenado el despliegue de tropas mientras sus agitadores infiltrados continúan moviéndose en Kiev preparando la contienda psicológica.

El Gobierno ucraniano ha denunciado que todo su perímetro geográfico está rodeado por tropas a las ordenes directas o indirectas de Putin. Los expertos militares anticipan que el ataque ruso puede producirse desde diferentes puntos. La frontera con Bielorrusia, donde se están realizando maniobras conjuntas en gran escala, es la que despierta mayor preocupación.

Otros en cambio sospechan que los ataques podrían partir de las regiones ucranianas que mantienen su independencia desde hace años bajo la protección de Moscú. La presencia de fuerzas se ha multiplicado en las últimas semanas. La orden dictada por el presidente Biden para que los norteamericanos que residen o están de paso en Ucrania salgan inmediatamente del país, ha incrementado la alarma.

También el secretario general de la OTAN, Stottenberg, de visita en Bucarest, se mostró preocupado, aunque cauteloso. La Organización Atlántica también continúa incrementado su presencia en la zona en previsión de cualquier ataque ruso. Biden fue más lejos cuando afirmó textualmente que "el orden establecido tras la Segunda Guerra Mundial está en riesgo".

Como contrapartida, choca que a pesar de la inquietud que despiertan, los inversores internacionales no parecen sentirse preocupados: en los últimos días las monedas de los dos países implicados han aumentado la cotización en los mercados, el rublo un tres por ciento y la grvna ucraniana el 1,5 por ciento. La teoría de que la guerra puede ser rentable se confirma.

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