Creo que las redes sociales son parte importante del cambio social que estamos viviendo y parte importante también de la polarización que se traslada a la política y desde la política. Sirven de desahogo para bien y para mal, son un altavoz potentísimo que, bien utilizado, pueden convertirse en una herramienta potente para generar un cambio, pero también, lo vivimos cada día, se han convertido en un auténtico estercolero de odio y acoso que los responsables de esas redes deberían de vigilar. Hay días que asomarse a esas redes da mucha pereza.

Pero hoy quiero quedarme con la parte positiva de todo eso. En ocasiones, en poquitas ocasiones, son el mejor vehículo para movilizar sobre causas sociales que, si no existieran, sin Twitter, sin Instagram o las plataformas de mensajería, pasarían inadvertidas. Muchos cuelgan un SOS personal para buscar trabajo, encontrar a un familiar desaparecido, a su perro, buscar una solución a un tema que les urge, y en ocasiones, la magia suele funcionar.

Muchos cuelgan un SOS personal para buscar trabajo, encontrar a un familiar desaparecido, a su perro...

Es el caso del joven Rogel Aguilera, un camionero cubano, condenado a 110 años de prisión en Estados Unidos por un accidente que sufrió con su camión de carga: él siempre ha dicho que hubo un fallo mecánico, que se quedó sin frenos y que perdió el control del vehículo. Un accidente que provocó la muerte de 4 personas. La Fiscalía insistía en que conducía de forma temeraria, y durante el juicio logró convencer al juez de que Aguilera había podido evitar el accidente mortal y que, por tanto, era culpable. Los informes técnicos demostraron que los frenos del tráiler se sobrecalentaron, que de hecho salía humo antes del impacto, pero eso no se tuvo en cuenta. La condena era firme: 110 años de cárcel, o lo que es lo mismo, cadena perpetua para un chaval, cubano recuerden, que en ese momento tenía 23 años, el accidente ocurrió en 2019.

Casi 5 millones de personas se movilizaron en las redes sociales para pedir clemencia para Rogel. Camioneros de todo el país, muchos de ellos migrantes como Rogel, amenazaron con colapsar el país con un paro general. Toda esa movilización hizo que el gobernador del estado estudiara su caso y, el día de Nochebuena, decidiera rebajar la condena de Rogel de 110 años a… ¡10! La vida comenzaba de nuevo para él, a pesar de seguir siendo una condena desproporcionada, había luz al final del túnel.

El caso ha ocupado portadas de los medios estadounidenses, personas tan populares allí como Kim Kardashian se han pronunciado a favor. Y, en parte, la magia de que Rogel tenga una segunda oportunidad, llegó gracias a la movilización en las redes sociales. Así que hoy, noche de Reyes, me quedo con esa magia. Espero que sea constante en este nuevo año, que predomine sobre el odio y los insultos. Sé que es pedir demasiado, pero en la noche de Reyes, hay que creer en la magia.