Carlos Santos Periodista
OPINIÓN

Madrid

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Archivo.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Archivo.
Jes˙s HellÌn Jesús Hellín
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Archivo.

"La gente no quiere acuerdos, quiere decisiones". Tras haber sido calificado muchas veces de tibio y equidistante –por mi obsesiva defensa del diálogo y el entendimiento–, nunca pensé que llegaría a decir semejante cosa

Pero la dije, en una tertulia de la tele, tras el enésimo intento del Gobierno de cerrar un acuerdo con la comunidad de Madrid: los ciudadanos lo único que esperan de esas conversaciones, incluida la del sembrado caribeño de banderas, son actuaciones precisas para poner en su sitio a un virus que se ha hecho fuerte en la capital, causando ahí los mayores daños en un país que, a su vez, es el que sufre mayores daños de Europa.

Las cifras hablan solas. En Madrid, donde vive el 14 por ciento de los españoles, se han registrado el 30 por ciento de los contagios y muertes causadas en España por la Covid-19. Quienes conocemos esta comunidad veíamos venir desde hace años el desastre: día a día hemos advertido el empobrecimiento de su sistema sanitario, sobrevolado por una bandada de contratas y subcontratas privadas, bajo la dirección política de alegres neoliberales primerizos a cuyo lado la Thatcher parecería una bolchevique.

Que los líderes de la región más necesitada de medidas contundentes promuevan una rebelión contra la autoridad sanitaria estatal, que mantiene una razonable coordinación con las demás, es difícil de entender e imposible de explicar, como demuestran sus peregrinas y contradictorias declaraciones. 

Y es que tampoco valen los «relatos»; solo valen, ya digo, las decisiones. Como en París. Como en Nueva York. Como en Palencia, la ciudad de Casado. Que se tiente la ropa, por cierto, si sigue amparando las erráticas políticas de Ayuso y sus socios.

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