OPINIÓN

Ante la subida de la luz, botellón en el cuarto de la plancha

Un hombre planchando
Un hombre planchando.
GTRES
Un hombre planchando

Pues bien pensado, ni tan mal. Ya sabes aquello de que "si la vida te da limones hazte una caipiriña", que traducido a lo del ahorro energético que promueve lavar, planchar y cocinar pasadas las doce de la noche significa que, puestos a estar en vela para equilibrar el recibo de la luz, hagámoslo con alegría y si es posible en buena compañía.

Si tienes la suerte de tener buenos vecinos, la quedada puede ser en el cuarto de plancha o en la cocina y mientras lavas, cocinas y gastas toda la luz que puedas, que para eso está la tarifa valle, pues a tomarse un gintonic para alegrar la espera. Claro que siempre está el peligro que el asunto derive en botellón o en una inocente fiesta de pijamas.

Si no quieres correr riesgos innecesarios y llevas fatal el trasnoche, que ya no estás en edad, te queda la opción fin de semana, más familiar y tranquila. Olvídate eso sí de salir en bici, escaparte a la casa del pueblo o a ese hotelito encantador que tanto te gusta especialmente ahora que llega el buen tiempo. Un despilfarro total, mejor en casita, poniendo el lavavajillas, el horno, aprovechando los cuatro fuegos de la vitro, pasando el aspirador, y enchufando todo aparato eléctrico que encuentres por el camino. No olvides poner el aire acondicionado a tope que los sábados, domingos y días de fiesta nacional es más barato.

El que no se conforma y ahorra es porque no quiere.

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