Tres de los cinco acusados de matar a un hombre que acababa de intentar atracar un local de juegos en la capital malagueña han declarado este jueves que lo persiguieron, junto a más personas, cuando éste intentaba huir, pero han negado que lo golpearan y que participaran en una agresión posterior que le costó la vida a la víctima.

Un jurado popular juzga desde este miércoles a cinco hombres, para los que la Fiscalía de Málaga solicita inicialmente 18 años de prisión para cada uno a los que acusa de un delito de asesinato por, presuntamente, acabar a golpes con la vida de un hombre en mayo de 2009, tras una persecución corriendo que terminó en la calle Pacífico de la capital.

Uno de los procesados ha afirmado que inició la persecución cuando un camarero le dijo "canijo, cógelo que me ha robado", pero no estuvo en la agresión, añadiendo que no puede explicar por qué algunos testigos lo sitúan en el lugar en ese momento. Sí ha dicho que vio a los dos acusados de origen marroquí participar en la paliza, pero no a los otros dos, con los que tiene una vinculación familiar.

El segundo de los acusados en declarar en esta sesión también ha reconocido que persiguió al hombre, pero ha explicado que no se acercó a menos de 40 metros y al impactarle cómo se "desplomaba" se marchó del lugar, porque, además, "no me gustan para nada las peleas ni los conflictos", ha dicho. Ha negado que fuera alardeando de haber pegado patadas a la víctima.

El tercer acusado ha dicho, igualmente, que le persiguió, de hecho, ha señalado que se lo encontró de frente cuando cogió solo un atajo y que éste le cortó en un dedo, pero no le hizo sangre en ese momento. Ha situando en el lugar y en el momento de la agresión a los dos jóvenes de origen marroquí.

Según las conclusiones iniciales de la Fiscalía de Málaga, a las que tuvo acceso Europa Press, en la noche del 27 de mayo, los acusados vieron cómo el dueño de un salón de juegos situado en calle La Hoz perseguía a la víctima "pues momentos antes había intentado atracar dicho local; y ante las llamadas de auxilio, "iniciaron también su persecución".

Ya en la calle Pacífico, uno de los acusados le tiró una piedra "que impactó en la cabeza" de la víctima, provocándole que cayera inconsciente al suelo, lo que, según la acusación pública, aprovecharon los acusados "sin riesgo alguno para ellos y sin posibilidad de defensa" del hombre, ya que estaba inconsciente y había diferencia numérica.

En ese momento, según el escrito provisional del fiscal, los acusados se acercaron y golpearon al hombre "con puñetazos, patadas y piedras en la cabeza, cara y cuello", con lo que presuntamente le provocaron 15 heridas contusas, que afectaron a varias partes del cuerpo, como la parte posterior del tronco, donde fue golpeado "con una piedra de grandes dimensiones, al menos en dos ocasiones".

De todas las heridas sufridas, según el ministerio público, la más grave fue la ocasionada a consecuencia de la primera pedrada, que le podría haber provocado, de haber seguido con vida, edema cerebral y la muerte, aunque la que la ocasionó fue "la sufrida cuando era golpeado por todos los acusados" en la región cervical, que afectó a la laringe y condujo a una obstrucción de la vía aérea, "provocándole la muerte por asfixia".