El dictador libio, Muamar el Gadafi, dejó la noche del pasado martes muy claro, que no se rendiría en un nuevo mensaje de televisión: "Lograremos la victoria al final. No nos rendiremos, les derrotaremos por todos los medios".

El coronel habló desde el edificio destruido dentro de su complejo palaciego por un misil aliado el pasado lunes. "Estoy preparado para la lucha, sea corta o larga", proclamó rodeado por cientos de sus partidarios que le ovacionaron estusiasmados y le servían a su vez de escudos humanos ante el temor de nuevos ataques.

Lo cierto es que el dictador puede cumplir su amenaza. Dinero no le falta, aunque le hayan congelados sus cuentas, fondos y bienes en el exterior. Según el diario Financial Times, Gadafi tiene 143,8 toneladas de oro en su banco central, de acuerdo con los datos del Fondo Monetario Internacional.

Libia se sitúa entre los 25 países con más reservas de este metal en el mundo, las cuales serían suficientes para pagar un pequeño ejército de mercenarios durante meses o incluso años.

Todo ese oro está valorado en 4.583 millones de euros. Al parecer Gadafi ha desplazado ese oro hacia el sur de Libia, bajo supervisión de tropas leales y situándolo cerca de las fronteras con Níger y Chad,de dónde proceden gran parte de sus mercenarios.

Además de las reservas de oro, el coronel Gadafi también puede haber acumulado algo de dinero de la venta de petróleo fuera de los canales tradicionales