La mala suerte quiso que Juan, el dueño de un emblemático estanco del número 68 de la Gran Vía Marqués del Turia, se encontrara a la una de la tarde de ayer en la trastienda de su local porque había ido a por una mercancía.

Justo a esa hora, el suelo del segundo piso de la finca donde está el estanco cedió y cayó sobre el del primero (donde hay una inmobiliaria), que, a su vez, se derrumbó sobre la planta baja, donde está el estanco. Los cascotes cayeron sobre el estanquero, que quedó sepultado y falleció.

No podrán volver

El edificio, con más de 80 años de antigüedad, estaba habitado por una anciana y una pareja joven. Además de la inmobiliaria, hay una consulta médica. Todos los vecinos fueron desalojados y recogieron sus pertenencias, pues no podrán volver al menos en dos meses.

Por su parte, los trabajadores de la inmobiliaria se llevaron un gran susto, aunque pueden contarlo. Una de ellas comentó que «de repente se nos cayó el techo encima y el suelo se hundió bajo los pies. Salimos rápidamente».

Los bomberos rescataron a la víctima tras una hora de labores de desescombro. En el momento de los hechos, había cuatro personas en el estanco, que fueron atendidas por una crisis nerviosa, aunque no sufrieron daños.

Al parecer, varios operarios trabajaban en la rehabilitación del piso en cuestión. El técnico municipal, Alfonso Rojo, apuntó ayer como principal causa del desplome al mal estado del forjado del segundo piso.

También dijo que los obreros no cometieron ninguna irregularidad, ya que tenían licencia para retirar el falso techo y el suelo.