El juzgado de malos tratos es un caos y sigue saturado

Algunos días llegan a juntarse hasta 25 personas en una sala de 15 m2, donde agresores y víctimas están condenados a encontrarse cara a cara.
La situación del juzgado número 11 de Zaragoza, el que se encarga de los casos de violencia de género, no mejora, es más, empeora. Desde su apertura, en junio del año pasado, la sala acumula casos en unas pésimas condiciones de trabajo, sin espacio ni medios informáticos adecuados.

Algunos días llegan a juntarse 25 personas (jueces, abogados, acusados, denunciantes) en una sala de 15 m2, sin sillas ni espacio suficiente. Víctimas y agresores coinciden cara a cara.

A veces, las mujeres se esconden detrás de algún armario o en el cuarto de la fotocopiadora, pero aún así escuchan la declaración de su agresor. «Hay días en que aquello parece el camarote de los hermanos Marx», explicaron a 20 Minutos fuentes de los juzgados.

La semana pasada entraron más de 20 casos nuevos y sólo en lo que va de año, este juzgado ha recibido 161 diligencias urgentes con detenidos por malos tratos y 1.060 diligencias previas por diversos motivos.

Además, el juzgado sigue combinando los asuntos de malos tratos con la instrucción de casos habituales, por lo que hay días en los que asume más juicios rápidos y detenidos que el juzgado que está de guardia.

En noviembre del año pasado, el juzgado consiguió un juez más de refuerzo, un secretario de apoyo y dos funcionarios, que han ayudado a rebajar las demoras en la resolución de los casos, pero que ha empeorado todavía más el problema del espacio.

Los trabajadores se ven obligados a alargar sus jornadas y a desempeñar labores que no corresponden con su puesto para adelantar trabajo, y piden que se amplíe el juzgado para acabar con esta situación.

Y encima... las separaciones

A los casos penales atendidos por el juzgado de violencia de género hay que añadir los que se convierten en civiles, ya que algunas parejas deciden separarse durante el proceso. En estos casos, los asuntos no pasan al juzgado de Familia, sino que las asume el mismo juzgado número 11. En lo que va de año, la sala ya ha tramitado 60 de estos casos y cerró el año pasado con otros 200 acumulados.

Problemas acuciantes

Sin sillas. En días de mucho ajetreo, las vistas se hacen de pie, ya que no hay sillas para todos los abogados, acusados, testigos y peritos que deben concurrir ante el juez. Así, una sala de 15 m2 puede albergar cuatro vistas a la vez con todos los asistentes de pie.

Falta de seguridad. Al parecer, sólo hay dos personas de seguridad por lo que, pese a que dos jueces están realizando juicios rápidos a la vez, no pueden celebrarse dos vistas con detenido, porque no hay miembros de seguridad suficientes para vigilarlos.

Riesgos laborales. Se incumple toda la normativa en materia de riesgos laborales en cuanto a lugar inadecuado de las instalaciones, y falta de espacio físico digno para que los trabajadores puedan desempeñar su actividad laboral sin perjuicio para su bienestar.

Casos acumulados. El juzgado de instrucción 11 ha tramitado, desde que se puso en marcha, alrededor de 8.000 procesos. Muchos se remiten a otros juzgados, pero siempre suponen una gestión adicional. En lo que va de año han recibido 161 diligencias urgentes y 1.060 previas.

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