El metal augura estancamiento en 2011 y alerta de que las empresas "necesitan algo más que gestos" para sobrevivir

Aboga por reducir el gasto público no productivo y reformar la negociación colectiva para ajustarla a la realidad de los mercados
Dirigentes de Femeval conversan antes de la rueda de prensa.
Dirigentes de Femeval conversan antes de la rueda de prensa.
FEMEVAL
Dirigentes de Femeval conversan antes de la rueda de prensa.

El sector valenciano del metal augura "un nuevo ciclo de estancamiento o de leve empeoramiento" en 2011 y ha urgido a acometer un "plan de choque de emergencia", por considerar que "las empresas, para sobrevivir, necesitan algo más que gestos en un momento crítico de nuestra economía", en palabras del presidente de la Federación Empresarial Metalúrgica Valenciana (Femeval), Vicente Lafuente.

Lafuente ha señalado que "ante la precaria situación del contexto político, económico y empresarial", la crisis "exige actuar" e implantar "un plan de choque de emergencia consensuado que ayude a las empresas". "Hay que hacerlo ya, y nadie puede eximirse de sus responsabilidades", ha sentenciado.

En su opinión, "lejos del excesivo énfasis que se está poniendo en impulsar medidas estructurales futuras, urgen reformas inmediatas y sustanciales" y "se debe activar un plan de choque concreto y de emergencia a corto plazo para que el mercado reaccione".

En concreto, ha instado a "reclamar a las administraciones que se autoexijan un plan de austeridad, donde prime un recorte del gasto público sin eliminar inversión productiva" y se aborde la "necesaria coordinación" para "optimizar los escasos recursos existentes".

Además, Lafuente ha abogado por "potenciar" las "inspecciones para eliminar el nivel de economía sumergida, que ronda el 20 por ciento del PIB" y el "asociacionismo como fórmula de crecimiento empresarial y vehículo de representación y gestión de los legítimos intereses generales de cada sector".

Salarios moderados y vinculados a la productividad

Desde Femeval se han mostrado partidarios de "vincular los salarios a la productividad, desligando las subidas salariales a la inflación", así como de "ajustarlos a la inflación" y "alcanzar un acuerdo entre empresarios y sindicatos para asumir una moderación de salarios".

Han reclamado asimismo una ley que "obligue a todas las administraciones públicas a auditar y exponer públicamente sus cuentas de resultados y balances en tiempo y forma", por considerar que esa transparencia "es clave para una gestión justa y eficiente".

También han abogado por "incrementar la flexibilidad interna de las empresas, mediante el fomento de la distribución irregular de la jornada", por definir la duración de los convenios en función de parámetros y por establecer la posibilidad de "vigencias diferenciadas dentro del mismo convenio".

Femeval solicita igualmente que se regule definitivamente la ultraactividad, "más recursos para cualificación y capacitación del capital humano de las empresas y de los activos desempleados" y promocionar la rehabilitación de viviendas y edificios, como "sector dinamizador" que está "estancado por el parón de la construcción".

Agudizar sequía crediticia y mortalidad empresarial

Entre los condicionantes que afectan al sector, Lafuente ha resaltado que "el crédito está muy lejos de fluir en condiciones normales al tejido empresarial" y ha augurado que "las regulaciones que las autoridades pretenden aplicar para ganar la confianza de los inversores en la solvencia de las entidades, van a agudizar aún más la sequía de crédito y la mortalidad empresarial".

También ha apuntado a la tardanza de pago como factor que contribuye al "estrangulamiento financiero empresarial", dado que la morosidad impide a las empresas "llegar a cobrar el 4 por ciento de las ventas" y "se ha convertido en la causa directa de la disolución de más de 16.200 compañías desde 2008".

Para Femeval, la actual "debilidad financiera y económica" oculta asimismo "una profunda crisis institucional y política", lo que "genera una mayor desconfianza y pone en duda la credibilidad de todo un sistema representativo al que la sociedad está dando la espalda".

Lafuente ha aludido a la dimensión de las entidades públicas como "uno los grandes obstáculos que el tejido empresarial, y en concreto la economía de polígono, está soportando sin sentido" dado que en los últimos ocho años, se ha incrementado en un 150 por ciento el número de sociedades y entes públicos mientras la deuda de las comunidades autónomas "ha crecido sin control, con un ritmo de avance dramático del 27 por ciento anual, lo que supone 108.000 millones de euros".

Programas electorales con "políticas realistas y responsables"

De cara a las próximas elecciones municipales, ha pedido a los candidatos que "incluyan en sus programas políticas realistas y responsables". "Los partidos políticos no deben maquillar más la realidad", ha recalcado Lafuente, quien ha exigido "una gestión austera y transparente de los recursos públicos para impedir que hipotequen nuestro futuro económico".

En cuanto al éxodo de trabajadores cualificados, ha alertado de que "implica un proceso de descapitalización humana que disminuye la tasa de crecimiento potencial de nuestra economía a medio plazo" y "convierte nuestro gasto público en ineficaz y no equitativo", en un momento en el que el metal valenciano "necesita una mano de obra comprometida, flexible y cada vez más cualificada".

De cara a 2011, tras cerrar 2010 "con un retorno a la tendencia negativa que ha marcado los últimos dos años", el sector cree que "se ha cerrado la etapa de buenos resultados de principios de 2010" y espera "un nuevo ciclo de estancamiento o de leve empeoramiento que dificultará la actividad en 2011", con las ventas al mismo nivel y "una nueva destrucción de empleo".

El balance de 2010 muestra un sector que ha recuperado 8.900 empleos, aunque con cifras de ocupación muy alejadas de las del inicio de la crisis, y que ha mejorado un 14 por ciento el valor de los productos exportados respecto a 2009.

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