Amianto y alarma

Amediados de los años 70 nacían muchos niños en Alicante y hacían falta colegios.
Nadie sabía entonces que el amianto contenía sustancias muy peligrosas para la salud. De hecho, hasta los bomberos se enfundaban en este material por su resistencia al fuego. Sólo años después se descubrió que podía causar tumores (sólo una emanación de gas basta) y asbestosis (para quienes estuvieron en contacto con él de forma continuada).

Está claro que nadie tiene la culpa de estas desgracias, pero si ahora se dejan uralitas en los tejados con amianto, sí que habrá responsables, por desidia. La Conselleria de Educación ha reaccionado –sólo tras publicarlo 20 minutos– a las reclamaciones del colegio Serra Mariola, de Alicante, y se ha comprometido a eliminar el amianto en todas las escuelas donde haya, que son unas cuantas.

Y tampoco faltan quienes, en lugar de meter prisa para que quiten el amianto, montan en cólera por una foto en un periódico. Ellos y la pasividad de la Conselleria sí que causan alarma, por perder el tiempo y la energía en ocultar la verdad. Ojalá que el viento huracanado de las últimas horas no arranque un trozo de uralita.

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