El presidente del Gobierno de Navarra, Miguel Sanz, ha acudido este viernes, acompañado por el consejero foral de Cultura y Turismo, Juan Ramón Corpas Mauleón, y el alcalde de Fitero, Francisco Javier Yanguas, a conocer los trabajos de restauración que se han realizado en el claustro del Monasterio.

Los trabajos se han centrado en la consolidación estructural de la crujía oriental y fue adjudicado a Construcciones Zubillaga, con un presupuesto de 664.715 euros, según ha informado el Gobierno de Navarra en una nota.

Previamente, se restauraron las cubiertas de la crujía oriental del claustro antiguo y de las dependencias anejas. El proyecto contó con un presupuesto de 517.468 euros y se adjudicó a Construcciones Zubillaga por 511.874 euros.

La rehabilitación del Monasterio de Fitero, para la que el Gobierno de Navarra ha destinado un presupuesto total de 5.250.000 euros, está incluida dentro del Plan Navarra 2012. El templo está considerado uno de los principales conjuntos artísticos de la Comunidad foral, por lo que su consolidación y recuperación es objetivo prioritario dentro de las líneas de trabajo de conservación del patrimonio monumental de Navarra.

Dadas las dimensiones de este conjunto monástico, se ha planificado una actuación escalonada que permita ir consolidando, en diferentes etapas, las diversas estancias. Cabe destacar que, además de su importancia histórica y artística, este conjunto monumental ejerce también como uno de los principales hitos turísticos de la Ribera navarra.

El proyecto de restauración ha consistido en la realización previa de los apeos bajo las arcadas y los perpiaños de las bóvedas del piso bajo, incluidas las dos arcadas inmediatas de las crujías norte y sur. Se han restaurado también las enjutas de las arcadas y su arranque, así como de la parte inferior de los frentes de las pilastras.

La consolidación de la cimentación se ha realizado rellenando la galería abierta entre las bodegas del refectorio viejo y del dormitorio viejo, previo encofrado de sus extremos. La piedra utilizada en las reposiciones es arenisca local, de la zona media de Navarra, de características análogas a la empleada en la construcción del claustro.

La reposición de las molduras de los pilares se limita a las piezas que habían perdido alguna sección, pero no se extiende a aquellas que simplemente han visto desdibujado su perfil por arenización o pequeñas descamaciones. El tipo de labra será de cincel, similar al original.