Las Comarcas de Aragón cumplen diez años como entidades prestadoras de servicios a los habitantes del territorio, un modelo de organización territorial propio nacido para corregir los desequilibrios territoriales que factores como la dispersión o la despoblación generan.

Unas entidades que, tras diez años de funcionamiento, han demostrado su eficacia en la prestación de servicios adaptados a las necesidades de la población, asegura el Ejecutivo aragonés en un comunicado. De hecho, de media, el 85 por ciento de sus trabajadores están vinculados directamente con la prestación de estos servicios a los ciudadanos. Por ello, las comarcas son "fundamentales" para la vertebración territorial, tal y como recoge el propio Estatuto de Autonomía de Aragón en su artículo 83.1.

Este modelo de organización territorial, uno de los más avanzados de Europa, cumple su décimo aniversario. El consejo comarcal de la Comarca del Aranda fue el primero en constituirse el 16 de febrero del 2001. Una fecha que este miércoles se ha conmemorado en el Castillo Palacio del Papa Luna de Illueca, sede de esta comarca.

El acto lo ha presidido el vicepresidente y portavoz del Gobierno de Aragón, José Ángel Biel; acompañado por el consejero de Política Territorial, Justicia e Interior, Rogelio Silva; el consejero de Economía, Hacienda y Empleo, Alberto Larraz; y el de Medio Ambiente, Alfredo Boné.

Además, ha contado con la presencia de los presidentes de las Comarcas de Aragón, miembros de los Consejos Comarcales, representantes políticos de las Cortes de Aragón, así como de la esfera socioeconómica de la Comunidad.

Durante estos diez años, las comarcas han desarrollado servicios más ajustados al territorio y que responden mejor a las demandas de los vecinos, tanto en las materias transferidas y dotadas económicamente, como en otras que aún no les han sido transferidas y para las que dedican recursos propios.

áreas competenciales

Las 32 entidades constituidas gestionan ocho áreas competenciales: acción social, cultura, patrimonio cultural y tradiciones populares, deporte, juventud, promoción del turismo, servicios de recogida y tratamiento de residuos urbanos, y protección civil y prevención y extinción de incendios. Unas transferencias realizadas mediante leyes aprobadas por las Cortes de Aragón, lo que les proporciona el mayor grado de legitimidad.

Este proceso ya consolidado ha supuesto que las funciones y servicios que antes eran competencia del Gobierno de Aragón ahora los ejerzan las comarcas "con total autonomía para su gestión y desarrollo y sin duplicidad en su prestación".

El proceso descentralizador se ha traducido "en una toma de decisiones cercana al ciudadano que permite la aplicación de recursos gestionados con rapidez y diseñados específicamente para cada territorio en función de sus características". De esta manera, se ha roto la brecha en el acceso a los servicios públicos existentes entre el mundo rural y el urbano, destacan las mismas fuentes. 2.200 TRABAJADORES

En la actualidad, las comarcas disponen de una plantilla de más 2.200 trabajadores, de los que el 85 por ciento se dedica a la prestación de servicios. Este porcentaje se traslada al presupuesto comarcal: más del 80 por ciento del presupuesto de las comarcas se dedica a la prestación de servicios.

El área de acción social es la que aglutina a más trabajadores, en torno a 865, debido a la demanda de la ciudadanía. Así, programas como el servicio de ayuda a domicilio o la teleasistencia han experimentado un gran incremento en cuanto al número de usuarios y se prestan independientemente de que el municipio tenga 100 o 10.000 vecinos.

Desde el año 2003 cuando todas las comarcas estaban ya en funcionamiento, el número de usuarios de la ayuda a domicilio se ha incrementado en un 20 por ciento y el de la teleasistencia en un 86 por ciento.

Pero, además, y tal y como les ha demandado la población, se han puesto en marcha servicios como el transporte social adaptado, el reparto de comida a domicilio, el servicio de fisioterapia itinerante, atención en pisos tutelados, centros de día, cesión de material sanitario, programas de respiro para los cuidadores o programas específicos para evitar la exclusión social o de atención a la mujer. Cada año más de 100.000 usuarios son atendidos por el área de Servicios Sociales de las comarcas.

Deporte y juventud

También especial arraigo han tenido las actuaciones que se llevan a cabo desde los servicios comarcales de Deporte. Se organizan escuelas de iniciación deportiva, actividades de acondicionamiento físico para hombres y mujeres, gerontogimnasia, actividades acuáticas en verano, cardiobike o yoga "en muchísimas localidades aragonesas sin que el tamaño poblacional sea un inconveniente".

De esta manera se ha acercado la actividad a las personas y se ha eliminado la barrera que supone la necesidad de un medio de transporte del que muchas personas no disponen. Como resultado hay comarcas en las que la mitad de la población utiliza este servicio y practica alguna actividad deportiva. En el año 2009, más 113.000 personas habían participado en actividades deportivas y más de 16.000 alumnos participaron en los juegos escolares. JÓVENES

Los jóvenes del territorio también son otro de los grandes colectivos beneficiados por la comarcalización. Las comarcas han supuesto "un espectacular incremento" en las actividades dirigidas específicamente a los jóvenes. Desde que todas las comarcas están en funcionamiento, el aumento en el número de actividades para jóvenes ha sido de un 335 por ciento, y se ha pasado de 610 a 36.646 usuarios.

Las comarcas han supuesto también una mejora importante en lo que se refiere a protección civil. El número de voluntarios en estas agrupaciones ha crecido un 182 por ciento desde la puesta en marcha de las comarcas.

Gracias a la comarcalización, en Aragón hay más de 540 municipios con acciones de difusión y promoción cultural, el número de bibliotecas ha aumentado en un 27 por ciento y el de museos en un cien por cien. Igualmente, las oficinas de turismo se han incrementado en un 49 por ciento.

Asimismo, las comarcas han contribuido a fijar la población propiciando un cambio de tendencia demográfica. En la primera década de funcionamiento de las entidades comarcales, Aragón ha crecido un 13,1% de media y los municipios que más han crecido porcentualmente son los comprendidos entre 2.000 y los 5.000 habitantes.

A estos les siguen las poblaciones entre 5.000 y 10.000 habitantes con un incremento del 35 por ciento. Esto favorece la existencia de una red de ciudades intermedias que vertebra el territorio de una manera más eficiente. Esto ha sido posible a la existencia de las comarcas que, con sus servicios descentralizados y su potencial de creación de empleo, han podido acoger este crecimiento para contribuir a fijar la población.