Pujol ha afirmado esta mañana que ni el Gobierno español ni su presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, tienen el mando en España sobre las decisiones económicas desde el pasado mes de mayo.

El Ejecutivo ha tenido que sucumbir a la presión europea ante la "amenaza real" de tener que ser intervenido. La presión "ha sido muy fuerte" y el Gobierno "ha entrado por la vereda". Un camino marcado por Bruselas, especialmente, por la canciller alemana, Angela Merkel.

Jordi Pujol se ha mostrado convencido de que toda decisión de índole económica del Ejecutivo de Zapatero está condicionada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y dirigentes como Merkel e, incluso, un español, el vicepresidente europeo Joaquín Almunia.

El país, sostiene Pujol, "está en la UVI", pero es "un organismo fuerte y se recuperará". Eso sí, no lo hará "dando lecciones" a gobiernos más fuertes ni dejándose llevar por el "síndrome del nuevo rico" en el que cayeron, asegura Pujol, tanto Zapatero como José María Aznar.

En todo caso, el ex presidente considera que las últimas medidas y, especialmente, cuestiones como el recién alcanzado acuerdo social pueden suponer "cierto resurgimiento" del Ejecutivo del PSOE frente a la crítica situación en que lo sitúan las últimas encuestas.

Pujol no profundiza sobre los ataques de Aznar al modelo autonómico ni sobre la forma en que éstos repercutirían en posibles entendimientos con CiU si el PP gana las elecciones generales de 2012. Se limita a señalar que "el café para todos ya fue un error" y sigue siéndolo, añade, cuando lo dice Aznar, "Alfonso Guerra o Bono". MAGREB

En la entrevista en Aragón Radio también habla de la grave situación del mundo árabe y recuerda que hace ya décadas que él mismo sostuvo que la frontera más "importante" y más "difícil" para Europa no iba a ser la que la separaba de la antigua Unión Soviética, sino la del Mediterráneo.

Respecto a las relaciones entre Cataluña y Aragón, Pujol señala que es "absurdo" que hayan funcionado "bien y mal", porque ambas comunidades deberían llevarse "simplemente bien".

A veces, reconoce, "surgen problemas por razones históricas o de intereses contrapuestos", pero añade: "Sería bueno que la relación fuera muy buena. Y yo pienso que es mejor de lo que se dice a veces".