El Ayuntamiento de Palma ha multiplicado esta legislatura por cuatro las ayudas a asociaciones y federaciones de vecinos, hasta alcanzar la cifra de 970.325 euros este año, frente a los 244.000 de 2007, lo que supone, además, 200.000 euros más que el pasado año, cuando se destinaron 771.550 euros, según ha informado en una rueda de prensa el regidor de Participación Ciudadana, Eberhard Grosske.

Así, Grosske ha explicado que, a pesar de la prórroga de los Presupuestos municipales, este incremento ha sido posible, gracias a la incorporación de la subvención para la gestión de los casales de barrio, que "en su mayoría han pasado de estar gestionados por empresas a estar gestionados por las entidades".

En esta línea, ha manifestado que se ha producido un "cambio cualitativo" en el modelo, que pasa de subvencionar sólo fiestas y la infraestructura, a dar una "gran importancia a subvencionar proyectos de desarrollo comunitario".

De este modo, si en el 2007, los 244.000 euros fueron dirigidos íntegramente a subvencionar las infraestructuras y la organización de fiestas, cuatro años después, se destinan 485.550 euros a este capítulo y 484.775 euros a financiar las actividades sociales en los barrios.

Mientras, el pasado año, el Consistorio de Palma destinó el 72 por ciento de las ayudas destinadas a las entidades vecinales para subvencionar las infraestructuras y organización de fiestas (515.550 euros), mientras que el 28 por ciento restante fue dirigido a las actividades sociales en los barrios (196.000 euros).

"Este aumento responde a un cambio en el modelo de ciudad que está impulsando el Ayuntamiento de Palma, donde el tejido asociativo y los ciudadanos tienen un papel más activo", ha resaltado Grosske, quien ha subrayado que esto permite que haya un movimiento asociativo "más fuerte, con más capacidad de interlocución con el Consistorio y con más poder en la toma de decisiones que afectan a la ciudad".

Por tanto, ha precisado que el cambio en las subvenciones "no es sólo cuantitativo, sino que también es un cambio cualitativo", ya que, según ha explicado, se incrementan las subvenciones para proyectos sociales y de trabajo comunitario, hasta llegar al 50 por ciento del total de las subvenciones para asociaciones de vecinos.

"incidir en la realidad de los vecinos"

De esta manera, el regidor de Participación Ciudadana ha indicado que las subvenciones de proyectos sociales y de trabajo comunitario permiten al tejido asociativo "incidir directamente en la realidad de los vecinos".

En esta línea, ha apuntado que esta medida está ligada a otras muchas, como, por ejemplo, "la cesión de la gestión de casales de barrio; los consejos de barrio; los espacios comunitarios; los cambios hechos en las subvenciones a la tercera edad o los premios Rosa Bueno, entre otros, que se engloban dentro del programa de Barrios en Marcha.

Concretamente, Grosske ha detallado que este programa quiere conseguir "pasar de una ciudadanía pasiva y consumidora de servicios a una ciudadanía activa, que toma parte en las decisiones que afectan a su ciudad y su futuro", mientras que también pretende "fortalecer el tejido asociativo de la ciudad y dar protagonismo a las asociaciones de vecinos".

De esta manera, ha recordado que, a partir de 2008, se empezó a impulsar la realización de este tipo de proyectos por parte del tejido vecinal, a través de la línea C de subvenciones, por lo que "año tras año, ésta ha tenido un aumento gradual, y ha demostrado que el movimiento vecinal es una pieza clave para entender e impulsar el trabajo comunitario".