Los líderes occidentales piden elecciones "libres" y el pueblo sólo quiere la marcha de Mubarak

  • Los líderes occidentales piden un cambio "pacífico y democrático" en Egipto.
  • Israel es el único país que ha manifestado abiertamente su apoyo al régimen del presidente egipcio, Hosni Mubarak, que sigue aferrándose al poder.
  • Los manifestantes egipcios únicamente que Mubarak abandone el poder.
  • Te contamos minuto a minuto la última hora de la revuelta en Egipto.
Egipcios se manifiestan en El Cairo con una gran pancarta en la que se puede leer "El pueblo quiere derrocar el régimen".
Egipcios se manifiestan en El Cairo con una gran pancarta en la que se puede leer "El pueblo quiere derrocar el régimen".
Khaled El Fiqi / EFE
Egipcios se manifiestan en El Cairo con una gran pancarta en la que se puede leer "El pueblo quiere derrocar el régimen".

La revuelta que desde hace siete días está viviendo Egipto ha provocado diferentes reacciones tanto en la comunidad internacional como dentro del propio país. A pesar de las primeras reticencias a condenar el régimen totalitario de Hosni Mubarak, Occidente se ha pronunciado en las últimas horas a favor de un cambio político y democrático en el país. Mientras, la única demanda del pueblo es que su líder abandone definitivamente el poder.

El impulsor para promover unas elecciones democráticas ha sido el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, principal aliado de Egipto fuera del continente africano. Este domingo por la tarde,  el líder estadounidense estableció una serie de contactos con los líderes de diferentes países para apoyar conjuntamente una "transición ordenada y pacífica" en Egipto, respaldado después por el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon.

Una llamada a la que respondieron el rey Abdullah, de Arabia Saudí, el líder turco Erdogan, el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu y el británico David Cameron, entre otros. Horas después de que la secretaria de Estado Hillary Clinton pidiera "unas elecciones libres y justas", el presidente defendió la necesidad de un cambio en Egipto para satisfacer la petición popular. Por su parte, la canciller aleman Angela Merkel se puso en contacto con Mubarak para pedirle que evitara actuaciones violentas contra los manifestantes y que respetara la libertad de reunión y la de información.

Sin embargo, no todos los líderes políticos han mostrado su rechazo al actual dirigente de Egipto. El presidente de Israel, Simón Peres, fue el primero en manifestar explícitamente su apoyo a su homólogo egipcio. "Siempre hemos tenido y tenemos gran respeto por el presidente Mubarak. No decimos que todo lo que haga sea correcto, pero hizo una cosa por la que le estamos agradecido: mantener la paz en Oriente Medio", afirmó Peres. El papa copto Shenuda III ha sido el último en sumarse a esta minoritaria corriente de apoyo a Mubarak.

El temor Peres es el de muchos otros líderes de Oriente Próximo y Europa: la instauración de un régimen fanático y religioso en Egipto tras la caída del presidente Mubarak, algo que, según el dirigente israelí, no será mejor que la falta de democracia que sufre el país en la actualidad.

Por su parte, España se ha mantenido al marge del conflicto hasta el último momento. Tras las declaraciones del presidente del Gobierno José Luis Rodíguez Zapatero, ha sido la ministra de Exteriores Trinidad Jiménez, la que ha dejado clara la postura de nuestro país. Jiménez expresó este lunes su apoyo a las reivindicaciones de la sociedad egipcia y confió en que el proceso abierto actualmente desemboque en la celebración de unas elecciones libres y democráticas. Sin embargo, puntualizó que estos cambios deben ser logrados por los propios egipcios, sin interferencias extranjeras.

El pueblo y la oposición

Por su parte, el pueblo tiene una única petición: que Muabarak abandone el poder. Una lucha incansable que mantienen desde hace una semana, con manifestaciones diarias tanto en la capital como en Alejandría, principales focos de las protestas. Ni la elevada cifra de muertos, que rondaría los 140, ni la imposición de un toque de queda cada vez más extenso (desde las 15.00 horas has las 8.00 horas del día siguiente) has desanimado a la población egipcia a reclamar unos derechos que llevan años negándoles.

Además, la oposición egipcia está cada día más unida y organizada en torno a una personaje crucial: Mohamed ElBaradei. El premio nobel de la Paz, muy criticado dentro de Egipto por sus largas ausencias del país, llegó a El Cairo el pasado jueves para sumarse a las manifestaciones que reunieron a unas 150.000 personas en la plaza de la Liberación de El Cairo. Tras una semana de revueltas, ElBaradei, los Hermanos Musulmanes y Ayman Nour y sus aliados, han formado un frente opositor sólido.

El objetivo inemdiato de esta agrupación es el de negociar con el ejército, pieza fundamental en este conflicto, y que de momento parece haberse posiciando a favor del pueblo, sin llegar a cargar contra él en ningún momento. ElBaradei y los suyos quieren ganarse el respaldo de las fuerzas militares para que apoyen su causa.  El siguiente paso será disovler el Parlamento para poder formar un Gobierno interino muy distinto al elegido recientemente por Mubarak, con su jefe de jefe de los servicios de inteligencia, el general Omar Suleimán, como nuevo vicepresidente, y el general de Aviación Ahmed Shafiq como primer ministro.

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