El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha aprovechado su presencia en la convención autonómica del PSOE para hacer una defensa del Estado autonómico y ha pedido a los candidatos socialistas que, ante el 22-M, hagan de las políticas activas de empleo su "gran proyecto" para "ganar las elecciones".

Zapatero ha subrayado que la España autonómica es la "constitucional" —"¿Conviene a estas alturas recordarlo? Parece que sí", ha advertido— y ha negado que las autonomías cuesten mucho dinero. "Lo que era caro era el centralismo. Caro, ineficiente y despilfarrador", ha subrayado.

El presidente del Gobierno ha destacado, además, que gracias a las comunidades autónomas hoy "no hay servicios públicos de segunda" y que gracias a su capacidad de "defensa de sus intereses" el AVE va a llegar a todas ellas y España tiene una gran red de infraestructuras.

"Gracias al Estado de las Autonomías y a la España plural que es la España real, moderna, democrática, avanzada, todas las lenguas de nuestro país son lenguas españolas y de todas ellas nos sentimos muy orgullosos", ha proclamado además.

Ante las elecciones autonómicas, Zapatero ha saludado los tres ejes que se ha marcado el PSOE en su manifiesto electoral porque coinciden con el programa de reformas del gobierno central: austeridad, reformas y cohesión social.

De hecho, ha dado la "enhorabuena" a sus 'barones' por haber decidido fijar por ley cada año el techo de gasto en las comunidades donde gobiernen, y de reclamarlo donde estén en la oposición.

Evitar "disparidades absurdas"

En la misma línea, les ha pedido que gestionen los recursos con "la máxima eficiencia posible" y contribuyan a evitar las "disparidades absurdas" entre regulaciones de distintas comunidades para promover la actividad económica.

"Reformar para mejorar, para estar en el momento histórico en que vivimos y atender a las necesidades de ahorro después de lo que se ha construido", ha resumido.

Zapatero ha calificado a las comunidades de "pilar del Estado del bienestar" porque gestionan la sanidad, la educación y la dependencia, entre otros servicios y, de hecho, ha situado como próxima gran prioridad las políticas activas de empleo, cuya reforma ha negociado el Gobierno con los sindicatos y los empresarios.