El ecofeminismo protagoniza unas jornadas en Mérida con el mensaje de que la vida en las ciudades "no es sostenible" y "hay que volver al campo" y apuesta por una forma "sabia y reposada" de trabajar con la tierra que "tiene muy poco que ver con las semillas transgénicas, que contaminan la vida de los seres humanos".

La divulgadora científica y representante de la Asociación Feminista de Asturias (AFA) Rosario Hernández Catalán, ponente este viernes en las jornadas 'Medio Ambiente: Factor de Igualdad' en Mérida, ha sostenido ante los medios que el dinero, las tarjetas de crédito, los móviles y los ordenadores "no se comen", por lo que es "fundamental" respetar y escuchar al campesinado, "la parte más importante de la cadena alimentaria".

Hernández Catalán ha considerado que desde los despachos y las universidades "se desconoce cual es la realidad de la tierra" y que las semillas transgénicas han supuesto "la pérdida de las semillas autóctonas", hecho que ha catalogado como "una de las grandes tragedias que amenaza a la humanidad".

Según esta ecofeminista, quien ha dicho que el ser humano "ha perdido la noción de la espiritualidad" con respecto a la tierra, este movimiento parte de las mujeres de "los llamados países del tercer mundo" cuando "se privatizan las tierras comunales, los bosques, el agua y las semillas, por parte de Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional" y "agentes capitalistas".

Asimismo, ha precisado que las mujeres "suelen llevar más a cabo" el ecofeminismo por haber desempeñado "por tradición" un rol "nutricio" y que "no es una lucha burguesa" y "de gente desocupada", sino de "gente que se está jugando la vida" y que "si no lucha acaba siendo perseguida, asesinada, contaminada y desplazada a villas miseria".

La posición "más inteligente"

La directora general del Instituto de la Mujer de Extremadura (IMEx), María José Pulido, quien ha intervenido en la inauguración de las jornadas, ha manifestado, en declaraciones a la prensa, que ante la actual crisis ambiental la posición "más inteligente" es la de "abordar el problema de manera positiva", para buscar soluciones en las que coincidan el "mayor" respeto al medio ambiente y el "desarrollo social".

Pulido ha explicado que, de esta manera, se busca defender un nuevo modelo de desarrollo en el que se conjugue el respeto al entorno con la incorporación de las mujeres al mercado de trabajo, su autonomía y empoderamiento, ya que "los datos siguen siendo claros y hablan de desigualdades entre mujeres y hombres", ha dicho.

La directora del IMEx ha considerado que estas jornadas planteadas desde el prisma del ecofeminismo, "más allá de idealizar la naturaleza, las palabras bonitas y las poesías pastorales", abordarán "realmente" temas como el empleo, el desarrollo socioeconómico, la lucha por el empoderamiento de las mujeres y la "estrategia de conciliación" que se está negociando con los agentes sociales y económicos de Extremadura.

Asimismo, ha concretado que más de 60 personas se han matriculado en estas jornadas, "gran parte" de ellas mujeres y técnicos de diversas áreas, y en ellas se buscarán foros donde haya hombres para abordar la "universalidad de cuidados" hacia las personas y la naturaleza, aspecto que ha calificado de "prioritario".

Por su parte, la delegada de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Mérida, Marisa Tena, ha explicado que el motivo de estas jornadas es "la necesidad de hacer algo" para demostrar que el medio ambiente "tiene mucho que ver con la vida" de las personas, ya que la Fundación Anas ha hecho un diagnóstico de la ciudad donde se refleja que "la idea que se tiene del medio ambiente es muy fría".

Tena ha añadido que a partir de ese objetivo se debe reflexionar qué se puede hacer en la capital extremeña para "cambiar las cosas" y "avanzar", algo que "sólo" ocurrirá si la ciudadanía toma "conciencia individual y colectiva".