«El ciudadano tiene que soportar una situación de desorden y desconcierto en la ciudad que afecta a su calidad de vida». Así de claro explica el Ayuntamiento de Madrid, que gobierna Alberto Ruiz-Gallardón, el efecto de las obras, especialmente las de la M-30, sobre los vecinos de la capital.

Ese texto, que es parte de un expediente del área de Hacienda y Administración Pública, es uno de los argumentos utilizados por el Consistorio para justificar una campaña de publicidad de un millón de euros sobre la reforma de la circunvalación y la revitalización del centro, aprobado en octubre del año pasado.

En el citado documento, dado a conocer ayer por el grupo municipal socialista, el Ayuntamiento también considera «prioritario» ofrecer información sobre las obras en los medios de comunicación «ante el clima de confusión que vive la ciudad».

El pasado lunes, el alcalde criticó a quienes se oponen a la reforma de la M-30, porque «han envejecido antes de tiempo y carecen de ambición colectiva».

Los gastos en publicidad del Ayuntamiento se han disparado desde la llegada de Ruiz-Gallardón a la alcaldía. Si en 2003 el presupuesto para estos conceptos fue de 25,1 millones, en 2006 se ha elevado hasta los 53,2 millones, según el PSOE.

«Favorable» para el medio ambiente

Las obras de la M-30 tendrán efectos «muy favorables» para el medio ambiente y la calidad de vida de los vecinos, según aseguró ayer José Luis Ortega, encargado municipal del proyecto, ante la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo, que escuchó luego las denuncias de IU y Ecologistas en Acción.

La Comisión Europea se pronunciará sobre el impacto ambiental de las obras a finales de marzo, una tardanza que fue muy criticada por los europarlamentarios. Una delegación de este Parlamento podría visitar las obras de la vía de circunvalación en las próximas semanas.

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