La Asociación Protectora de Animales y Plantas de Huesca, Pronatura, ha cerrado sus puertas este sábado, tras los intentos fallidos de conservar su albergue para perros, que se ubicaba en el camino de la ermita de Loreto.

La normativa, la crisis económica y la falta de ayudas institucionales han llevado a la asociación a cerrar sus puertas y a realojar a los 55 perros que atendía en la actualidad en protectoras de distintos puntos de España, principalmente, de Madrid y Barcelona, y también en casas particulares, cuyos propietarios han decidido adoptarlos.

La protectora cierra sus puertas con la "satisfacción" de haber podido atender a estos animales, según ha explicado la presidenta de Pronatura, Eva Álvarez, que ha apuntado que ningún animal ha sido sacrificado.

"Estamos contentos porque la gente ha respondido muy bien a esta necesidad y ha decidido adoptar a estos animales que se quedaban sin hogar" y, además, protectoras de otros puntos del país "han respondido a nuestro llamamiento", ha dicho.

Pronatura ha trabajado intensamente en los últimos meses con el objetivo de dar continuidad al albergue, ya que hace más de un año intuía un posible cierre al no poder cumplir todas las exigencias de la nueva normativa reguladora de núcleos zoológicos.

Por un lado, ha intentado regularizar el albergue, ubicado en el camino de Loreto, a 950 metros del casco urbano de Huesca, mientras que la normativa establece una distancia mínima de un kilómetro. Por eso, Pronatura no ha obtenido la documentación que le acreditase como núcleo zoológico. La normativa se endureció y no ha podido dar cumplimiento a la misma.

A esta situación se ha unido la falta de ayudas institucionales y la crisis económica, que ha provocado un aumento considerable del abandono de perros, que la asociación ha ido acogiendo, con la consiguiente multa, ya que no puede albergar más animales de los que establece la normativa y el número de abandonos ha ido superando la capacidad del albergue.