El nuevo presidente del Consejo Económico y Social de Cantabria (CES), Javier Gómez-Acebo Lasso, cree que las instituciones "no deben resultar dañadas" por personas que no se comportan "correctamente", aunque matiza que con eso no quiere decir que ése fuera el caso de su antecesor en el cargo, Pablo Coto.

"Lo que tenemos que salvar es las instituciones", ha afirmado Gómez-Acebo en una entrevista en RNE de España, en la que ha participado Europa Press.

Gómez-Acebo ha insistido en que no conoce lo sucedido durante el mandato de Coto y, en cualquier caso, ha opinado que su sustitución estaba prevista antes de que trascendieran los gastos realizados en comidas y copas.

Además, ha considerado que en la polémica en torno a sus gastos ha habido "una información sesgada". Según dice, ese gasto se incluye en una partida de protocolo y el CES, desde el punto de vista protocolario, "es una de las instituciones importantes" en España y en las comunidades autónomas y, "a menudo", tiene unos gastos "importantes", porque implica "atender una serie de obligaciones".

"Yo no puedo entrar en lo que ha hecho mi predecesor, porque no lo he conocido. Pero lo que sí tengo que decir es que está dentro de las partidas que estatutariamente están previstas", ha recalcado el nuevo presidente del CES.

En cualquier caso, ha subrayado su voluntad de hacer las cosas "correctamente", como cree que se han hecho "siempre", y ha dejado claro que, si bien no va a salir "en defensa" de algo que no conoce, tampoco va a sumarse a una "lapidación pública sin conocerlo". Además, como abogado, ha invocado la presunción de inocencia.

Para 2011 la partida que tendrá el CES para protocolo será "parecida" a la gastada con el anterior presidente, pero "otra cosa es que se consuma o no se consuma". Y es que, según explica Gómez-Acebo, ese dinero tiene que estar previsto "cautelarmente", porque si no fuera así, y el CES decidiera, por ejemplo, organizar un congreso en Cantabria, no podría hacerlo porque no habría partida para ello.

El nuevo presidente del consejo ha resaltado la importancia de este órgano "de primera magnitud", porque es el "vehículo de comunicación" entre la sociedad (representada en los sindicatos, empresarios y otros agentes) y el Gobierno y el Parlamento.

Y a su juicio, una sociedad que "no está organizada a través de sus representantes" y no cuenta con "toda la escala piramidal de representación, es una sociedad peligrosa".