El martes pasado la policía encontró en una calle de El Saltillo, cerca del límite con Benalmádena, Málaga, y dentro de un carrito de la compra, la cabeza y el tronco de un varón.
La policía pudo identificarlo como un hombre de 50 años que había desaparecido una semana antes gracias a los tres tatuajes que llevaga detrás de un hombro.
El juzgado de instrucción número 3 de Torremolinos autorizó posteriormente la entrada y el registro de la vivienda de la víctima, situada en la zona de la estación de El Pinillo, informa el periódico el Sur.
La vivienda, llena de basura
Allí la policía se encontró con una vivienda en la que se había acumulado una gran cantidad de basura, por lo que se cree que ambos, padre e hijo, padecían el “síndrome de Diógenes”.
También se encontró la supuesta arma del crimen, un martillo, con el que el joven habría desfigurado la cabeza de su padre.
Pocas después se detuvo al hijo, que tiene 22 o 23 años y se encuentra en tratamiento psiquiátrico.
El dueño de un bar de la zona donde vivía explicó que la relación de padre e hijo era de "amor-odio" y que el joven pegaba a su padre y le quitaba el dinero porque le gustaba la droga.
Una mujer que trabaja en un comercio de la zona dijo que cuando el hijo se medicaba, se podía mantener una conversación con él, pero "cuando dejaba el tratamiento, se convertía en violento" y decía que "quería matar a su padre, fuese como fuese".
Un joven del mismo edificio donde vivían padre e hijo recordó que éste último "había hecho cosas raras como cortarse las orejas para que se le quedaran de punta y coger la imagen de un pitbull".
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