El Colegio de Arquitectos de Málaga ha calificado de "magnífico" que "por fin" el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de la capital cuente con el visto bueno final de la Comisión de Ordenación del Territorio y Urbanismo de Andalucía (Cotua), ya que, "aunque no significa que vayamos a salir de la crisis económica, sí permitirá que cuando se den las circunstancias para ello podamos aprovecharlas al máximo". Sin embargo, ha instado al Ayuntamiento a que "se dé toda la prisa posible" para llevar a cabo las subsanaciones exigidas, de forma que el planeamiento entre en vigor "pronto, cuanto antes".

"Es un avance importante en el trámite del planeamiento para acabar con un proceso que dura ya siete años", ha declarado a Europa Press el decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Málaga, Antonio Vargas, quien ha felicitado tanto a la Junta de Andalucía como al Ayuntamiento "por haber llegado a un punto de consenso, pese a no estar de acuerdo al cien por cien en determinadas cuestiones".

Respecto a que la Cotua establezca que el futuro parque que se levante en los terrenos del antiguo Campamento Benítez tenga naturaleza de urbano, en lugar de metropolitano como defiende el Consistorio, y que deje fuera de ordenación a las casas de la zona de playa de El Palo, Pedregalejo, Las Acacias, Playa Virginia y La Araña, Vargas ha reconocido que "se ha seguido de forma escrupulosa la letra de la norma, pero lo cierto es que en un Plan General hay que ser cuidadoso para que no se vaya al traste por una cuestión de forma".

Casas de el palo

Precisamente, sobre el hecho de que la Cotua no contemple, como defendía el Ayuntamiento en el PGOU, la posibilidad de fijar como suelo urbano en dominio público marítimo-terrestre las casas de El Palo, Pedregalejo, Las Acacias, Playa Virginia y La Araña, ha señalado que "no hay que dramatizar" porque "ya había un principio de acuerdo para el deslinde de estas viviendas y su consiguiente legalización".

A juicio del representante de los arquitectos malagueños, para desbloquear este asunto "se ha hecho el estricto seguimiento del texto de la norma, no es una cuestión de falta de sensibilidad, sino de exquisito cumplimiento de la ley".

Para Vargas, lo que corresponde ahora es "continuar con ese trabajo entre las administraciones para dejar las casas fuera de esa zona de protección, de manera que, cuando eso se produzca, habrá una modificación puntual de elementos del PGOU y se convertirán en suelo urbano". Mientras eso se materializa, se ha mostrado seguro de que "puede haber cualquier actuación consensuada entre Costas y el Ayuntamiento para realizar las tareas de mantenimiento".

"Nadie discute que aquello es un suelo urbano en el sentido físico del término, está dotado de todos sus servicios, equipamientos e infraestructuras, pero también es cierto que la Ley de Costas determina que la zona de afección por la línea marítimo-terrestre es por definición suelo no urbanizable especialmente protegido, haya lo que haya", ha indicado Vargas. De todas formas, ha advertido de que "eso no impide, como se establece en una disposición transitoria de la propia normativa, que se realicen operaciones de mantenimiento, conservación e, incluso, de reposición".

Campamento benítez

Sobre el carácter del parque del Campamento Benítez, ha dejado claro que "no se trata más que de una discusión política entre administraciones acerca de quién paga". Ante esto, ha explicado, "la Cotua ha optado por un reflejo casi literal de lo que dice el Plan de Ordenación del Territorio de la Aglomeración Urbana de Málaga (Potaum), que es la norma superior, y que establece que en esa zona debe haber un equipamiento metropolitano, que sería el Museo del Transporte y la Obra Pública, y lo otro se pone como parque".

"Una vez desbloqueada esta cuestión a nivel de planeamiento general, ahora continuará la batalla política", ha manifestado Vargas, ante lo que ha precisado, no obstante, que "el hecho de que el parque tenga mayor o menor inversión, sea mejor o peor o tenga mayor o menor trascendencia, es independiente del calificativo que le pongamos, es decir, sea periurbano o metropolitano". "Nadie impide que se gasten más o menos dinero porque se llame de una manera o de otra; ese debate desde el punto de vista de técnica urbanística es falso", ha apostillado.