El Hospital Infanta Luisa de Sevilla ha realizado este miércoles una cirugía endovascular para el aneurisma de aorta, técnica que se ha llevado a cabo por primera vez en Andalucía, aunque ya se ha usado en otras partes de España, según ha puntualizado en una nota el propio centro sevillano.

Esta operación, realizada por los doctores Vicente Riambau y Carlos Infantes, supone evitar la cirugía que antes se utilizaba y que suponía una mortalidad no inferior al 20 por ciento, presentándose así como alternativa técnica en casos complejos de la patología vascular.

Además, permitirá que el paciente sea dado de alta en dos días frente a las dos semanas que hubieran sido necesarias en el caso de que la operación hubiera sido realizada con otras técnicas quirúrgicas.

La cirugía de la aorta, tanto torácica como abdominal, ha entrado en una dinámica de resolución de problemas sin grandes aperturas quirúrgicas gracias al uso de la cirugía endovascular, en la que a través de mínimas heridas en arterias periféricas se pueden introducir piezas plegadas que, una vez in situ, se despliegan tapizando desde el interior partes deformadas de la aorta, evitando el riesgo de rotura y muerte.

No obstante, las limitaciones siguen existiendo en esta técnica cuando se trata de zonas con origen de arterias importantes como las renales, tronco celíaco, mesentéricas, a las que hay que dar salida. El tapizado interior sólo se ha podido llevar a cabo en zonas sin salidas arteriales.

No obstante, han comenzado a aparecer intentos para resolver este problema. La técnicas de endoprótesis fenestrada ha sido la primera, ya realizada en este mismo hospital hace un año, pero con un tiempo de fabricación del material que impide su uso inmediato en situaciones de emergencia.

La técnica realizada este miércoles abre el camino así a su generalización inmediata, razón por la que se ha retransmitido a una veintena de profesionales andaluces que ya practican técnicas endovasculares y que puedan estar interesados en la ampliación de las indicaciones con un riesgo quirúrgico bajo.

Esta técnica se denomina coloquialmente 'chimeneas', dado que las piezas protésicas que suministran riego a las arterias renales evitan la oclusión que provoca la prótesis principal.