Jonás Trueba: "El cine está en manos de la televisión"

Jonás Trueba.
Jonás Trueba.
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Jonás Trueba.

Su apellido le delata: hijo de Fernando, sobrino de David. Es un Trueba, es cineasta. Con su juventud, Jonás Trueba (Madrid, 1981) se ha colado ya en los créditos de varias películas como coguionista: Más pena que Gloria y Vete de mí, de Víctor García León, y El baile de la Victoria (2009), de su padre, por la que optó a un Goya. «He tenido la suerte de crecer en una familia donde se respira amor por el cine. Empecé a escribir guiones muy joven y eso me ayudó a aprender de mis propios errores. Se aprende viendo películas, leyendo, teniendo curiosidad... como dijo Oscar Wilde, la técnica es la personalidad».

Diciembre es su mes. Por fin ha visto la luz la luz su primer largometraje, Todas las canciones hablan de mí, que compitió en el festival de cine de Gijón, FICXixón. «Siempre he estado dirigiendo, aunque sólo fuera dentro de mi cabeza», reconoce. En su primer largo, como cualquier aspirante a hacer carrera en el cine, ha tenido que plantar cara a dificultades para «aguantar y mantener la fe. El cine está en manos de las televisiones, al final son sus ejecutivos quienes deciden, y mi película no les interesaba lo más mínimo. Lo he conseguido gracias a amigos dispuestos a rodarla por encima de todo». Todas las canciones... es una historia de amor («algo posible y sostenible») con música, «no una sucesión de imágenes tipo videoclip. Odio eso en el cine». Sigue los pasos de Ramiro (Oriol Vila) en su intento de olvidar a Andrea (Bárbara Lennie) y de cómo esta disposición sentimental le lleva a creer que todas las canciones se refieren a su vida.

«El título pretende evocar un estado emocional», aclara Jonás. «Tenía bastante clara la banda sonora [Bill Evans, Nacho Vegas, Franco Battiato, etc.] antes de escribir el guión con Daniel Gascón. He intentado ponerme al servicio de la música». En su currículum, un corto, una obra de teatro, algunos libros y un blog sobre cine. «Ganarse la vida como cineasta es bastante difícil. Por eso, es bueno y saludable compaginarlo con otras labores. Escribir sobre ello es también una forma de hacer cine». Se muestra escéptico ante el futuro: «Veo lo mucho que le cuesta a mi padre sacar sus películas adelante y me digo que cómo no me va a costar a mí, y no digo ya a otros que no cuentan con apoyo. Gracias a mi familia tengo una experiencia que me permite relativizar y desacralizar la profesión». Su filme acaba de estrenarse en salas comerciales.

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