La consellera insular de Turismo descarta que la liberalización de las torres de control responda a un castigo hacia los controladores La consellera de Turismo y Territorio del Consell de Ibiza, Pepa Marí, ha considerado este martes que los servicios que se gestionan desde empresas privadas tienen "más eficiencia" que los gestionados por entidades públicas.

Marí ha respondido así ante las preguntas de los medios de comunicación por el anuncio del ministro de Fomento, José Blanco, de liberalizar 13 torres de control del país, entre las que se encuentra la del Aeropuerto de Ibiza.

Ante la pregunta de si esa eficiencia supondría que el personal de las torres de control cobrase menos, la consellera ibicenca ha respondido que ello comportaría "pagar menos impuestos de los ciudadanos por un mismo servicio".

A este respecto, Marí ha manifestado que, el hecho de que "a los controladores les pague AENA [Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea] o les pague una empresa privada no debe de suponerles según qué tipo de problema".

La titular de Turismo ha recordado que hay otros servicios aeroportuarios que están liberalizados, como es el caso de la seguridad. "Se ha visto que no plantean problemas". Ha abundado.

Sobre si la decisión de Fomento responde a un castigo hacia el plante llevado a cabo por los controladores, Marí ha explicado que "estos procesos de liberalización suelen conllevar estudios mucho más largos y no suelen obedecer a reacciones de este tipo".

Uso cree que se perderá calidad

La secretaria general adjunta del sindicato USO en AENA y empleada en el Aeropuerto de Ibiza, Viviana de Sans, ha manifestado a Europa Press que la liberalización afectará "al control de la calidad del servicio y a la cadena de seguridad" del aeródromo.

De Sans explica su teoría en base a que, tras la liberalización, "los mismos trabajadores tendrán que hacer el mismo trabajo por menos dinero".

La sindicalista ha recordado que este viernes está previsto que los alrededor de 200 trabajadores del aeródromo ibicenco se concentren en señal de protesta contra la privatización de la gestión de los aeropuertos españoles.