La calculadora chuleta, otro invento para copiar

Nuevas tácticas para aprobar exámenes.
El pinganillo, del que ya informó 20 minutos como método para aprobar con trampas, es muy útil para las asignaturas de empollar, porque permite escuchar a través de un audífono lo que un amigo dicta desde su casa o desde el coche vía móvil.

Sin embargo, los alumnos de ciencias lo tienen más crudo con este sistema, a no ser que tengan a un genio al otro lado de la línea telefónica.

Solución: las calculadoras programables, «casi indispensable para todo universitario que se precie», porque permite guardar en la memoria una asignatura. «Es cara (sobre 400 euros), pero asegura un montón de asignaturas aprobadas», según un alumno de Ingeniería Química de la Universidad de Alicante. Las calculadoras programables son máquinas científicas con 128 kilobytes de memoria que permiten introducir en ellas un gran número de programas de todas clases, desde juegos hasta programas científicos.

Estos software son muy fáciles de conseguir a través de Internet. A pesar de los trucos, hay alumnos que sólo utilizan como artimaña sus horas de esfuerzo. Otros, en cambio, prefieren los métodos de siempre a la hora de tener una ayuda extra, la chuleta o mirar de reojo.

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