M.El nuevo Plan de gestión de residuos no peligrosos generará unas inversiones de 2.184 millones hasta 2019

El Consejo de Gobierno ha aprobado el Plan Director Territorial de Gestión de Residuos no Peligrosos de Andalucía 2010-2019, que prevé unas inversiones de 2.184 millones de euros para construcción y mejora de instalaciones, así como para alcanzar en la comunidad autónoma el objetivo de las 'tres R' (reducir la producción, reciclar lo recogido y reutilizar y revalorizar el resto).

El Consejo de Gobierno ha aprobado el Plan Director Territorial de Gestión de Residuos no Peligrosos de Andalucía 2010-2019, que prevé unas inversiones de 2.184 millones de euros para construcción y mejora de instalaciones, así como para alcanzar en la comunidad autónoma el objetivo de las 'tres R' (reducir la producción, reciclar lo recogido y reutilizar y revalorizar el resto).

Los distintos proyectos incluidos supondrán la generación de 8.571 empleos, de los que 6.273 corresponden a los próximos diez años y el resto a la fase de explotación de las infraestructuras que se construirán.

El consejero de Medio Ambiente, José Juan Díaz Trillo, ha subrayado en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno que el nuevo plan constituye una "propuesta de largo alcance" de la Junta, que persigue "mejorar la gestión" en un ámbito en el que Andalucía ya ha recorrido un largo camino. La nueva planificación, que sustituye a la vigente desde 1999, distribuye sus medidas entre cuatro grandes programas: prevención; gestión; seguimiento y control, y concienciación, difusión y comunicación.

En este sentido, Díaz Trillo ha subrayado la importancia de la prevención para que "la sociedad de consumo sea sostenible"; ha aludido a aspectos novedosos que se realizarán en el apartado de gestión, y ha explicado que Andalucía se está convirtiendo en una comunidad "de referencia" en la investigación e innovación en esta materia.

De los cuatro bloques, el referido a gestión es el que concentra el grueso de las inversiones, con un total de 2.144,4 millones de euros. Sus proyectos previstos consolidan la estrategia seguida en los últimos años en la línea de primar la preparación del residuo para su reutilización, reciclado y valorización energética, y dejar el depósito en vertederos como última opción.

Como consecuencia del plan desarrollado desde 1999, Andalucía ha pasado del 36,9 por ciento al 56,8 por ciento de tratamiento de sus residuos no peligrosos en las denominadas plantas de recuperación y compostaje, donde se obtienen abonos a partir de la fracción de materia orgánica y también se aprovecha el biogás para la generación de energía. El 36,4 por ciento restante se deposita directamente en vertederos, mientras que el 6,8 por ciento se recoge selectivamente con destino a su reciclaje.

El consejero de Medio Ambiente ha recordado el esfuerzo realizado por Andalucía en la última década en el tratamiento y gestión de residuos, que le han permitido superar todos los objetivos propuestos, como lo demuestra el hecho de que ya se recicle el 50 por ciento de los residuos, exista un contenedor por 350 habitantes (por debajo de los 500 previstos) para el papel y cartón, y en 150 habitantes para los envases ligeros. Junto a ello, se han construido 117 plantas de reciclaje (se habían previsto 115) y se han sellado 232 vertederos en toda la comunidad (frente a los 113 previstos), lo que equivale a una extensión de 2,5 millones de metros cuadrados.

Una planta de revalorización de residuos por provincia

Para mejorar los niveles de reutilización y completar las infraestructuras, el Plan Director recoge entre sus principales novedades la construcción en cada provincia de una planta de valorización de residuos para su aprovechamiento en la producción de energía. Actualmente esta actividad se realiza parcialmente en algunas instalaciones, pero no existe ninguna dedicada íntegramente a la generación de energía.

Un impulso similar experimentará la red andaluza de 'puntos limpios', espacios que funcionan como centros de acopio para hacer posible la recogida y el posterior tratamiento de los residuos específicos, fundamentalmente vehículos y enseres domésticos abandonados, escombros y residuos biológicos y sanitarios. En este ámbito, se plantea ampliar la actual dotación de 163 puntos fijos y 4 móviles hasta los 268 fijos y 34 móviles, además de prever otros 139 adicionales para cubrir las necesidades de los municipios mayores de 5.000 habitantes.

Asimismo, está prevista la construcción de tres nuevas plantas de recuperación y compostaje, que se sumarán a las 23 actuales (el doble que hace una década), así como dos nuevos vertederos de apoyo a estas instalaciones (ahora hay 22).

Respecto a las denominadas plantas de transferencia, encargadas de canalizar las basuras hacia estos centros de tratamiento, se prevé una dotación total de 69 (ahora funcionan 61, frente a las 44 de 1999).

De igual modo se completará la red de plantas de clasificación, instalaciones donde se separan los componentes de los residuos para facilitar el posterior aprovechamiento. Inexistentes hace una década, el plan prevé una dotación definitiva de 30 plantas, una más que en la actualidad. Asimismo, en el apartado de mejora de la recogida selectiva, se prestará especial atención a la materia orgánica biodegradable.

Finalmente, y de acuerdo con la prioridad que se otorga al reciclaje y la reutilización, el Plan Director continuará con la estrategia de reducir al máximo el depósito de residuos sin posibilidad de aprovechamiento. Se plantea así una red de cinco vertederos de este tipo, frente a los 30 de 1999. PREVENCIÓN

En el apartado de prevención, dirigido a reducir al máximo la producción de residuos, la principal novedad es la creación de la Oficina Andaluza de Minimización. Asimismo, se llevarán a cabo programas de fomento del uso de materiales reciclados y de sustitución de las bolsas de plástico no biodegradables.

El tercero de los cuatro grandes bloques en los que se divide el plan, denominado de seguimiento y control, recoge medidas para reforzar la seguridad de las instalaciones de tratamiento y establece un nuevo sistema de captación de datos de producción y gestión de residuos.

Por último, en el programa de concienciación, difusión y comunicación se fijan las medidas para fomentar la educación, la participación social y la formación en el ámbito de la empresas, especialmente dirigida a minimizar la generación de residuos.

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