El ex líder cocalero, recientemente nombrado presidente del país más pobre de Suramérica, incluía un aspecto llamativo en su programa electoral: la reducción de su sueldo a la mitad.
Pues bien, la aplicación de la medida no se ha hecho esperar, y ayer mismo planteó un primer decreto que reducirá a menos de la mitad sus retribuciones.
A partir del 1 de marzo, el presidente boliviano ganará unos 15.000 bolivianos (1.535 euros) al mes, cifra que, a partir de ahora, marca el máximo salarial para cualquier funcionario público en el país.
Con la nueva norma, los ministros de Estado percibirán un equivalente a 1.432 euros; los viceministros, a 1.411 euros; y los directores generales, a 1.381 euros.
Decreto para todos
El decreto tendrá también un efecto en toda la administración pública, porque según la legislación boliviana, ningún funcionario estatal puede ganar más que el presidente de la República.
Tras la aplicación de la medida en su Ejecutivo, el presidente boliviano espera que se siga el ejemplo en otras instituciones, y ha instado al Congreso Nacional a tomar una medida similar –los legisladores en Bolivia cobran salarios cercanos a los 1.841 euros-.
Más empleo y educación
Como se podrá suponer, las necesidades en un país como Bolivia son innumerables.
De esta forma, este antiguo pastor de llamas destinará los fondos ahorrados a una cuenta especial del Tesoro General de la Nación (TGN) para que se inviertan en la creación de empleos en educación y salud.
De hecho, el presidente boliviano ha previsto que con estos fondos que con esos fondos, el Ejecutivo podrá crear al menos 1.500 puestos de médicos y profesores: “Las necesidades para este año son más de 6.000 nuevos empleos en esos sectores”, ha especificado Morales.
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