Sin embargo, la oveja guirra lo ha conseguido. Y no es para menos: es la única raza natural de la tierra y está en peligro de extinción. Tan sólo quedan 4.000 ejemplares, distribuidos entre 30 ganaderías de la Comunidad. Una cantidad insignificante, teniendo en cuenta que sólo un ganadero productivo puede llegar a tener entre 2.000 y 4.000 ovejas.

Sin embargo, la guirra no debe temer por su futuro. La Conselleria de Agricultura (la autora de los piropos) ha anunciado un proyecto, junto con la Universidad Politécnica de Valencia  y la Asociación Nacional de Criadores de guirra, con el que pretende conservar esta raza de la tierra y mejorarla genéticamente para que produzca más leche y pueda competir con el resto de razas.

Para ello se hará un estudio consanguíneo y, si pueden cruzarlas, crearán un banco de semen, de embriones y de tejidos y un programa sobre técnicas de reproducción asistida para obtener animales más productivos y resistentes a enfermedades.