Según la Ley de Extranjería y de Régimen Local, los inmigrantes empadronados en cualquier ciudad de forma temporal están obligados a renovar su inscripción en las listas de empadronamiento cada dos años. El plazo se abrió en octubre y aún no se ha cerrado. «Probablemente concluya el uno de marzo, aunque aún no es seguro» comentó ayer Arcos.

Los que no acudan a este llamamiento serán dados de baja en el censo y perderán ciertos derechos, como solicitar un préstamo o comprarse un piso.

Avisos por carta

En el mes de octubre, el Ayuntamiento avisó por carta personalizada a 19.900 extranjeros que estaban en esta situación para recordarles el periodo hábil para actualizar sus datos (de octubre a diciembre).

El envío de las misivas se realizó de forma escalonada, durante los dos primeros meses, para evitar las colas y que las oficinas se colapsaran. No obstante, durante las primeras semanas las colas de inmigrantes provocaron, de nuevo, la saturación de las dependencias municipales.

Durante estos meses y además de los 9.813 inscritos, otros 12.500 inmigrantes, que habían sido avisados por carta, acudieron a las oficinas de Estadística para informarse, realizar cambios de datos y domicilio o aclarar que ya tienen el permiso de residencia permanente.

Los que más, suramericanos

De los 9.813 extranjeros empadronados durante este proceso, los más numerosos son los ecuatorianos, con 2.491 censados, le siguen 2.027 colombianos y 1.202 argentinos. Mucho más minoritarios son los 608 argelinos censados, 585 marroquíes y 380 rumanos.