Este planteamiento explica que las arcas municipales no ingresen toda la cuantía por multas de tráfico impuestas. Un desajuste que se debe, principalmente, a varios motivos. En primer lugar, porque al conductor no le llega; también porque la sanción es recurrida o, en última instancia, cuando el Tribunal Económico estima la reclamación y, si así lo entiende, obliga al Ayuntamiento a devolver parte de la sanción cobrada.

En este sentido, el Tribunal Económico ha atendido 660 reclamaciones desde que comenzó a funcionar, en diciembre de 2004. Buena parte de estas demandas se refieren, precisamente, a multas de tráfico, algunas de ellas mal notificadas.

Es decir, por lo general, el conductor recurre a este órgano cuando le imponen una sanción de tráfico de 90 euros (por ejemplo) y no se entera de la misma hasta que, dos años después, le embargan la cuenta por deber 301 euros al herario público.

Búsqueda del conductor

«Esto ocurre porque Tráfico envía la notificación de la multa a la dirección que tiene el coche. Pero puede ocurrir que el conductor haya cambiado de domicilio y no haya informado a Tráfico, aunque esté obligado a hacerlo», explicaron fuentes del Tribunal Económico. Pasado un tiempo, la multa se convierte en una sanción por paradero desconocido del conductor y es el Ayuntamiento el que localiza –a través del padrón o de los bancos de la ciudad– el domicilio actual del infractor.

Ahora bien, si el Consistorio no agota todas las vías para notificar esta sanción antes de imponerla, el Tribunal Económico puede fallar a favor del conductor (que sí actualizó su domicilio en el padrón) y obligar al Gobierno local a devolver la diferencia. Así concluyeron los últimos diez expedientes gestionados por el Defensor del Ciudadano.