La empresa encargada de controlar la población de palomas en la capital –enviándolas para alimento a un Centro de Recuperación de Especies Protegidas de la Junta– asegura que su tarea es difícil por culpa del grano que hay suelto en el muelle de San Andrés. Hasta hace unos años había un halcón, pero sólo para ahuyentar a las gaviotas de los cruceristas en el dique.Esta misma semana, científicos de la Universidad de Murcia concluyeron, tras examinar las heces de 124 palomas, que tienen un parásito capaz de provocar en humanos diarrea, hepatitis, sinusitis o encefalitis.