ELA cree que el traspaso de empleo supone una "mera" descentralización y una decisión de "enorme gravedad política"

Muñoz dice que la negociación ha evidenciado el "fracaso" de la apuesta estatutaria y asegura que López ha quedado "descolocado"

ELA ha considerado que el acuerdo para la transferencia de las políticas activas de empleo supone una "mera" descentralización y ha advertido de que aceptar esta competencia "sin capacidad de decisión" sobre las políticas de empleo es un hecho "de enorme gravedad política".

Además, han subrayado que este acuerdo no es "ni mejor ni peor" porque el Gobierno de Patxi López haya quedado "fuera de juego" y se haya firmado con el PNV, ni que las críticas del PP hayan mejorado "los contenidos reales del acuerdo".

En una rueda de prensa ofrecida este viernes el secretario general de ELA, Adolfo 'Txiki' Muñoz, el responsable del área social, Mikel Noval, y la responsable de Salud laboral, Janire Landaluze, explicaron la postura del sindicato respecto al acuerdo sobre las políticas activas de empleo entre PNV y el gobierno central.

El secretario general de ELA ha afirmado que el modelo de negociación que se ha seguido explica el "fracaso" de la apuesta estatutaria y ha recordado que el sindicato ya dijo hace tiempo que el Estatuto "se había agotado como elemento político". En este sentido, Muñoz ha afirmado que quien ha ganado es José Luis Rodríguez Zapatero, que "dice que gastemos el dinero en un modelo fracasado".

Muñoz ha afirmado que el modelo de políticas activas de empleo estatal es un fracaso "estrepitoso" porque tenemos el paro más alto de la Comunidad Económica Europea, que sólo se explica por las "ingentes cantidades de dinero que se hacen llegar a la patronal vía bonificaciones que no crean un solo empleo y lo único que hacen es más beneficio a la patronal".

Muñoz ha reiterado que es Zapatero quien ha ganado con este acuerdo porque "obtiene que se aprueben los presupuestos generales más restrictivos desde el inicio de la transición". Además, porque supone tres renuncias para Euskadi en materia de financiación, en el margen de competencia de decisión, y en políticas pasivas.

En definitiva, Muñoz ha asegurado que López haya quedado "descolocado" en una política de Estado, que no hace bueno el acuerdo. "No hay conejo en la chistera para intentar encandilar respecto a las bondades de esta materia" y se puede asegurar que estamos ante "un estado neocentralista, que ha revisado con planteamientos involutivos lo que pudo haber sido y no fue".

Landaluze ha criticado que hay un "oscurantismo total" en torno a este acuerdo y porque, durante la negociación, "no se ha conocido" su contenido y lo que ha aparecido "al final ha sido una información muy parcial". También ha denunciado la "actitud" adoptada por firmantes que, a su juicio, se han embarcado en "una campaña de imagen total, tratando de utilizar el acuerdo para fortalecer, cada vez más, sus posiciones partidistas y deslegitimar al contrario".

Respecto a la negociación, Landaluze ha denunciado que no ha sido "participativo", ya que, según ha asegurado, ELA no ha recibido ninguna información, ni ha sido consultada.

Asimismo, ha señalado que, desde una perspectiva democrática, es "inaceptable" que organizaciones sindicales con una "alta" representatividad y en materias tan importantes para los trabajadores, estén "al margen" de este tipo de acuerdos.

ELA ha asegurado que, con este acuerdo, Gobierno vasco, Confebask, CC.OO y UGT "se frotan las manos" con la puesta en marcha de la 'mesa de dialogo social' en la que pretenden "dar cobertura a las políticas de ajuste, dar cobertura a la decisión de no consultar las políticas con la mayoría sindical, usurpar la representatividad de ELA y LAB en la participación institucional, y extender a Euskadi el "fracasado" modelo español de las políticas de empleo, eliminando cualquier posibilidad de regulación propia.

ELA ha subrayado que el dialogo social "va de la mano de ajustes totalmente antisociales" y el acuerdo será "generoso" para aquellos que reparten y deciden las asignaciones de las "ingentes" cantidades de dinero público, pero en materia de empleo no habrá "ninguna mejora ni evolución".

Noval, por su parte, ha enumerado los tres pilares en base a los que se tienen que realizar las políticas activas de empleo. De este modo, ha defendido que las políticas activas y pasivas de empleo se deben traspasarse conjuntamente, que se debe contar con "capacidad de decisión" sobre estas políticas y ajustar la financiación al Concierto Económico.

ELA ha criticado que el acuerdo no da capacidad de decisión al Gobierno vasco en materia de políticas activas de empleo. En cuanto a las bonificaciones de las cuotas sociales, ha afirmado que, desde el punto de vista competencial, "no tiene mayor incidencia", ya que se debe aplicar la legislación estatal.

"enorme gravedad política"

De este modo, ELA ha advertido que aceptar una transferencia en esta materia sin capacidad de decisión sobre las políticas de empleo es un hecho "de enorme gravedad política", de manera que, a su juicio, supone una dejación "inaceptable" en materia de autogobierno, y es "peor" aún porque las políticas de empleo seguidas en el Estado "son un verdadero fracaso" como se constata en los elevados niveles de paro, precariedad y siniestralidad laboral.

En materia de financiación, Noval ha asegurado que no se gestionarán las cotizaciones sociales que pagan los trabajadores para empleo y formación. De este modo, ha constatado que el acuerdo supone una "dejación competencial importante" porque el dinero que se paga en la Comunidad Autónoma vasca lo va a seguir recaudando el Gobierno central a través de la seguridad social.

ELA ha criticado también que, según el acuerdo, se va a traspasar al Gobierno vasco el 6,24 por ciento del total de lo que se recauda en el Estado por las cotizaciones sociales. Según el sindicato eso significa que la cotización en Euskadi "se va fuera de aquí", lo que a su juicio, supone "negar" la financiación a la que tiene derecho y supone una "involución" en materia de autogobierno.

Noval ha asegurado, que en lo acordado sobre las bonificaciones, el Gobierno vasco tendrá que dar al Gobierno central "todo lo que suponga el volumen de las bonificaciones sociales reales", y sin embargo vía cupo "sólo va a descontar el 6,24 por ciento del total de estas bonificaciones sociales en el Estado.

Asimismo, en materia de financiación, a juicio de ELA, el acuerdo es "malo" porque se renuncia a gestionar las cotizaciones sociales a las que se tiene derecho y en materia de bonificaciones se va a producir una pérdida económica.

El secretario general de ELA, por su parte, ha asegurado que el sindicato nacionalista está "harto de procesos oscuros gestionados por élites que no dan cuenta a nadie, pretendiendo hacer saber a la sociedad que como tienen la legitimidad parlamentaria pueden hacer lo que quieran".

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