Los edificios de la Expo se blindan contra el fuego

Los Bomberos vigilan que los proyectos cumplan las normas y se puedan evacuar con rapidez. La Torre del Agua es el más complicado por su altura.
Un edificio con forma de gota de agua y más de 75 metros de altura. Un pabellón puente, con una amplia zona de exposiciones. Éstos son los elementos más emblemáticos  de la Expo 2008, y que no se querrán perder la mayoría de las 140.000 personas que visitarán la muestra en los días punta. Sus especiales características han hecho que los Bomberos de Zaragoza estudien al milímetro los proyectos para garantizar la prevención de incendios y han hecho algunas modificaciones.

Por la Torre del Agua pasarán 2.000 personas a la hora y casi 20.000 durante todo el día. Por su altura, alcanzará los 75 metros (unos 25 pisos), es la construcción que más preocupa. Así lo indicó a 20 minutos el subinspector de Bomberos, Pedro Urroz. «Deberá tener más de dos escaleras con protección especial antifuego y rampas de baja pendiente», explicó.

Otra zona especial

También hay especial vigilancia en el pabellón puente, con 100.000 personas/día. Garantizar su evacuación es más sencillo. «Hay dos salidas y bocas de extracción de humos en el techo», dijo Urroz.

Los Bomberos han chequeado y recomendado modificaciones puntuales en la Torre del Agua, el pabellón puente y el de Aragón, el Acuario Fluvial (que tendrá 1.600 visitas/hora) y el palacio de congresos.

En el control del cumplimiento de la prevención de incendios se tiene en cuenta el uso de los edificios durante la muestra y el posterior a la celebración: pisos, oficinas o equipamientos.

El nombre de la mascota

Los responsables de la Expo darán a conocer hoy la media docena de nombres entre los que se elegirá el que designará a la mascota.

Cómo lograr que sean seguros

Todos los edificios de la Expo 2008 son de pública concurrencia y deben presentar un  plan de autoprotección en el que se concreten los sistemas y planes de evacuación. En función de la altura, los constructores tienen la obligación de utilizar materiales resistentes al fuego para evitar que los edificios se desplomen durante un incendio. Además, deben evitar utilizar elementos decorativos que sean fácilmente inflamables y puedan contribuir a que un fuego se propague.

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