El presidente del Comité de empresa de Palacio Alimentación, José Andrés Caballero, acompañado del secretario de Acción sindical de USO, Jaime Calvo Reinares, ha afirmado que los trabajadores "están bajo mucha presión; hace tres años un trabajador rompió incomprensiblemente un cristal; por lo que se hizo un estudio psicosocial que salió muy desequilibrado, y lo único que se hizo fue cambiar los puestos de las personas".

Una razón para esta situación se da porque, según los representantes, el verano pasado la empresa Palacios Alimentación "fue adquirida por Proa Capital, algo que pensamos iba a ser beneficioso para los trabajadores, pero que resultó todo lo contrario, e incluso se han aprovechado de la situación de crisis que vivimos".

Palacios, con un 60 por ciento de trabajadoras mujeres, "se autodefine como una empresa ejemplar" y que crea empleo", ha anunciado Caballero, algo que "no es cierto ya que tenemos datos suficientes para corroborarlo; el poco trabajo que crea es precario; y aunque haya contrataciones se hacen por empresas temporales y con condiciones precarias".

Desde el 1 de enero de 2009 a 31 de julio de ese año, "la plantilla se redujo en 87 personas; de 107 titulados técnicos y administrativos se pasó a 103; de 450 oficiales, se pasó a 370; y en comerciales, de 25 a 22; lo que supone un 14 por ciento de plantilla menos. No hay datos oficiales del momento actual, ya que la empresa no lo facilita, pero andaremos en torno a unos 430 trabajadores".

En este periodo de despidos, la empresa "se gastó 228.000 euros en indemnizaciones, algo brutal, y más cuando la dicen que se venden pocas pizzas, que no funciona", sin embrago estas indemnizaciones se hacen cuando "no se ha coaccionado previamente al trabajador para que se marche sin cobrar nada, que se da en muchos casos".

"Tenemos unas 43 denuncias puestas en la Inspección de Trabajo, y esta tiene bastante pasividad. Algunos de estos problemas vienen por la creación de un octavo turno, que se crea para trabajar los fines de semana con 20 personas; 10 antiguas y 10 de nueva contratación".

El problema viene cuando "esas 10 personas 'nuevas' tienen que trabajar 12 horas el sábado y otras 12 el domingo, y para llegar hasta las 40 horas, las utilizan de comodín el resto de la semana. Sin embargo, los empleados antiguos hacen 24 horas el fin de semana y se les paga como si hicieran 40 horas".

El segundo problema que "critican los trabajadores es la mutua, que en este caso es la Mutua Universal, porque parece ser que el responsable de recursos humanos de Palacios es el que 'aparentemente' decide si se da la baja o no, algo que no nos convence".

Según ha relatado, las opciones que se dan ante una baja en esta empresa son, "dar días de fiesta si es una baja de 2 ó 3 días, para que no aparezca como baja; si es una baja larga, se posibilita el trabajar en otro puesto diferente; y el último caso es que la mutua deniegue la baja y le envíe a un médico de la Seguridad Social, quien dice que el problema es laboral".

Por último, han afirmado que "ningún trabajador ha querido explicar con nosotros esta situación porque tienen miedo a represalias, ya que si algún se queja, en poco tiempo es despedido; situación que unos días se dio con una trabajadora que llevaba trabajando 9 años y tuvo un pequeño enfrentamiento con un encargado".