La Consejería de Cultura y Turismo, a través de su Centro de Restauración del Papel, ha devuelto al uso el Atlas de Blaeu, que data de 1659 y está considerada como una de las obras editoriales más importantes del siglo XVII.

Entre los trabajos impresos del cartógrafo holandés Joan Blaeu destaca el 'Atlas Maior', compuesto por 11 volúmenes. Según el director general de la Promoción de la Cultura y el Libro, Francisco Giménez, "es de gran interés por la perfección con que está realizado y se lo reconoce como el atlas más bello que jamás se ha publicado".

La edición original, en latín, incluía 594 mapas en los once volúmenes, que representaban el mundo tal como se conocía en los albores de la Europa moderna.

Asimismo, ha destacado que "fue el libro más grande y caro que se editó en el siglo XVII y durante más de 100 años fue el atlas definitivo del mundo". De hecho, ha puntualizado, "todavía actualmente es uno de los objetos de anticuario más valiosos y codiciados".

La Biblioteca Regional de Murcia dispone de dos ejemplares realizados en 1659. Los mapas y planos insertos en ambos volúmenes son grabados calcográficos coloreados a mano, pues hasta el siglo XVIII sólo se utilizaba en imprenta el rojo y el negro, lo que ha supuesto un esfuerzo añadido a la recuperación del papel. Los ejemplares llegaron en 1989 tras su adquisición a un convento de Carmelitas de Cuenca.

Al hilo, Giménez ha afirmado que "tras la extraordinaria recuperación del volumen restaurado después de los trabajos técnicos a los que ha sido sometido, ya se podrá comparar con el que permanece sin restaurar".

Proceso de restauración

El libro está impreso en papel verjurado, paginado y contiene 167 hojas, de las que 16 son mapas grabados e iluminados. Además, conserva su encuadernación original de tapa rígida en cartón con cubiertas de pergamino gofradas y doradas con motivos florales; y tiene cabezadas en hilo y cierres de cinta (conservaba restos), ambos realizados en seda de color verde.

Su mal estado de conservación impedía su estudio y manipulación, ya que los daños principales fueron causados por el ataque de insectos xilófagos, que afectaban por igual a su encuadernación y al cuerpo del libro, principalmente a los contornos o márgenes de las hojas. Por ello, ambas partes presentaban grandes pérdidas de soporte y en algunos casos se veía afectada la grafía.

Igualmente, sufría exfoliaciones, rozaduras, manchas de distintos orígenes y detritus de insectos. El libro se sometió a un tratamiento preventivo de desinfección, y se documentó por escrito y fotografió su estado.

Además, se cosió de nuevo el libro reproduciendo la estructura original y utilizando los mismos materiales, con siete nervios simples de piel al alumbre e hilo de lino pasado por las mismas perforaciones de cada cuaderno. Se reprodujeron las cabezadas, exactamente iguales a las originales, con alma de piel al alumbre e hilo de seda del color del original.

También se reintegraron las cintas de cierre con seda del color de los restos originales que se conservaban. Finalmente, y como protección, se confeccionó una caja de conservación.

Todo el proceso se halla documentado con fotografías descriptivas que ilustran los resultados obtenidos en la restauración y que permiten detallar los criterios seguidos, los tratamientos realizados y los productos y técnicas empleados.