Un estudio del Gobierno de Aragón y Caja Inmaculada (CAI) revela la escasa implantación del Horario Europeo, de 8.00 a 17.00 horas, en las empresas aragonesas, ya que únicamente el 4,1 por ciento de las empresas analizadas lo tienen implantado.

Las razones más importantes son las relacionadas con la costumbre, por una parte de que todos los trabajadores tengan el mismo horario de trabajo y por otro por la costumbre adquirida por los clientes, en cuanto al horario que se les presta servicio.

A pesar del escepticismo que despierta la adaptación a un nuevo horario, sobretodo entre el colectivo de los trabajadores, también se reconocen las ventajas del Horario Europeo. Las más evidentes para el trabajador son un aumento del tiempo de coincidencia con los hijos en edad escolar y disponer de forma ininterrumpida de su tiempo libre durante la semana laboral.

Sin embargo, un 43,7 por ciento de aquellos trabajadores que tienen Jornada Partida consideran que mejorarían con el cambio y cualquier otro tipo de jornada (Intensiva, Flexible, Turnos) es preferida a la Europea. Aunque un 58,4 por ciento de los trabajadores consultados afirman que sí adoptarían este último horario en caso de tener la posibilidad.

Además el cambio al horario europeo puede ser un factor facilitador de la incorporación a la población activa de determinados grupos de población, sobre todo en el caso de las amas de casa, informa el Gobierno de Aragón.

Mientras que para un 3,9 por ciento de los encuestados en edad próxima a la jubilación el Horario Europeo supone un especial aliciente para alargar su vida laboral, en el estudio se observa que las mujeres, a la hora de elegir un puesto de trabajo, valoran alto la posibilidad de compatibilizar trabajo y responsabilidades familiares, por lo que aquí el Horario Europeo actuaría como aliciente para elegir un empleador y como facilitador de la conciliación.

Este horario posibilitaría dedicar horas a la formación sin restarlas al trabajo o al tiempo de descanso. Esta ventaja puede suponer un estímulo para que el trabajador complete sus conocimientos, enriqueciendo su actividad actual o permitiéndole aspirar a otro tipo de responsabilidades. Cualquiera de las dos posibilidades ayudaría a una elevación del nivel de competencias de los trabajadores aragoneses, algo muy necesario en una economía del conocimiento.

No implica impacto económico

Por otro lado, las empresas que han cambiado de otros horarios al europeo no han sufrido apenas impacto económico negativo y muchas de las empresas que aún no lo tienen declaran que su adopción no implicaría costes económicos.

Así, el estudio destaca que tanto trabajadores como empresas manifiesten que no hay un beneficio para la empresa ante una medida que declaran beneficiosa para los trabajadores.

Las principales conclusiones del estudio confirman que la sustitución de la Jornada Partida por el Horario Europeo, en las actividades económicas en que esto es posible, traería ventajas a empresas y trabajadores, y por tanto a la sociedad aragonesa en su conjunto.

En el estudio se sugiere la posibilidad de que los sectores Industria y Construcción sean los inductores del cambio, ya que tienen un alto grado de independencia para fijar su horario de trabajo y además suponen el 35,1 por ciento del empleo en Aragón. Las empresas que les prestan servicios podrían así modificar también su horario. ESTUDIO

El Gobierno de Aragón, a través del Instituto Aragonés de Empleo, y el Servicio de Estudios de Caja Inmaculada, han elaborado un estudio para determinar la repercusión que tendría en las empresas aragonesas un cambio de horario de sus trabajadores, tomando como referencia el Horario Europeo, definiendo éste como la jornada laboral de 8.00 a 17.00 horas con una hora aproximadamente para comer.

En este estudio se han analizado las ventajas e inconvenientes de la modificación del horario en los diversos sectores de la economía aragonesa, así como su implicación en la conciliación de la vida laboral, en la igualdad de oportunidades y en la mejora de la calidad de vida.

El estudio se aborda desde dos ópticas: las empresas y los trabajadores. Desde el punto de vista de las primeras se habla de medidas, políticas y prácticas en flexibilidad horaria, del grado de implantación del Horario Europeo en Aragón, de la caracterización de las empresas que han adoptado este tipo de horario, de sus consecuencias e implicaciones económicas y socio-laborales, de la predisposición de las empresas al cambio de horario, de sus expectativas, o de los frenos y dificultades actuales para la implantación del Horario Europeo.

Desde el punto de vista de los trabajadores se analiza el papel que juega el horario laboral en la búsqueda de empleo, la predisposición de los empleados a la adopción de este Horario Europeo, o las posibles consecuencias que perciben de su implantación.