Rosa Cuadros: de la cocina de gas a la de inducción

Aunque recelosa al principio, a esta beatense de 84 años no le hizo ninguna gracia eso de que le cambiaran su cocina de bombona. Ahora está encantada con eso de que los fuegos no quemen.
Rosa y Pedro Antonio. Foto: Antonio Gómez.
Rosa y Pedro Antonio. Foto: Antonio Gómez.
Rosa y Pedro Antonio. Foto: Antonio Gómez.
Muchos de los agraciados con el gordo en
Beas de Segura fueron, como
Rosa Cuadros, personas ya entradas en una edad en la que el confort se agradece más que en la juventud. Por eso
Rosa tenía claro qué era lo primero que iba a hacer en su casa, equipar el lugar en donde pasa la mayor parte de su tiempo:
la cocina.

“Me dijeron que la inducción no quemaba, era mucho más cara, pero una ya está en una edad en la que
estas modernuras son una bendición” –cuenta Rosa mientras posa orgullosa delante de su flamante cocina-.

Rosa Cuadros, que tiene
una pensión que no llega a los
300 euros mensuales, cumplió uno de sus sueños al poder hacerles a sus hijos y nietos un buen regalo en la navidad. "Aunque no hay mejor regalo que tener cerca a tus hijos y nietos y sentir que te quieren y te aprecian, eso no hay dinero que lo compre" -asegura Rosa-.
Y sin derrochar

Una buena parte se ha ido para una de las prioridades de Rosa Cuadros y su marido desde hace 60 años, Pedro Antonio Heredia. “
Arreglar la casa que falta le hacía” y es que adaptar su vivienda a las necesidades de su edad ha sido para ello la mayor de las prioridades. “Una ya no se menea como cuando tenía 40 años” –cuenta Rosa mientras nos muestra su nuevo cuarto de baño, en el que ha sustituido la bañera por una ducha con agarraderas”.

Pedro Antonio y Rosa, esta octogenaria pareja de  son un ejemplo de los “apaños” que hace un décimo de lotería premiado. Atrás quedaron los tiempos en los que el premio de navidad hacía ricos a los afortunados, ahora, como dice Rosa, “un décimo te da para
tapar agujeros y no vivir con la soga al cuello”.
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