Más del 60 por ciento de los jóvenes de Málaga capital de entre 14 y 16 años toma alcohol para divertirse y porque el resto de sus amigos también lo hace. Sin embargo, este mismo porcentaje reconoce los efectos negativos para la salud de ese consumo y, aunque en una menor medida, también admite una pérdida de control.

Estos datos se recogen en un estudio sobre la actitud de los jóvenes hacia el alcohol, desarrollado por el Área de Juventud del Ayuntamiento de Málaga, en colaboración con la Federación Española de Bebidas Espirituosas (FEBE).

Por su parte, la experimentación de emociones nuevas (el 20 por ciento), la superación de la timidez (el 14 por ciento) y la mayor facilidad para ligar (el 13 por ciento) constituyen otras de las motivaciones que animan a los jóvenes a consumir alcohol.

Según este estudio, presentado hoy en rueda de prensa, la influencia de la radio, la publicidad e Internet apenas inciden en los hábitos de consumo de estos jóvenes (un 1,3 por ciento), según explicó el concejal de Juventud, Mario Cortés.

Por otro lado, uno de los frenos más importantes, según alertó el director del Comité de Sociología del FEBE, José Manuel López Gaona, es que "los padres no censuran la conducta de beber". De hecho, el 11 por ciento de los jóvenes encuestados aseguró que cuentan con la aceptación de sus progenitores.

En este sentido, López Gaona hizo un llamamiento al Área de Juventud sobre la necesidad de lanzar una línea transversal que "haga llegar a los padres la importancia del consumo responsable de alcohol".

PROBLEMAS

Otros de los inconvenientes que presenta dicha conducta para los adolescentes son los riesgos de accidentes de tráfico (21,7 por ciento), la peleas con agresión (15,8 por ciento), el ridículo (15,8 por ciento) o la creación de adicción (15,1 por ciento). En menor medida, se encuentran los problemas económicos (7,9 por ciento), los del ámbito familiar (7,2 por ciento) y los cambios de personalidad (7,2 por ciento).

Sin embargo, estos factores difieren entre sexos. Así, los jóvenes, que beben sobre todo en la calle, en zonas vecinales, consumen fundamentalmente para ligar, mientras que las chicas lo hacen por aceptación social.

Por otro lado, el mismo porcentaje que considera que el alcohol es una ayuda para divertirse, piensa que se trata de una droga, y el 15 por ciento la considera "un placer", mientras que sólo el 9,2 por ciento califica el alcohol como "una sustancia inocua".

De esta forma, Cortés manifestó que el estudio cuenta con un doble mensaje: "por un lado, se lanza un mensaje de que el alcohol es una droga y, sin embargo, el resto de la sociedad la tiene como una droga socialmente aceptada".

No beber para conducir

Por su parte, el representante de FEBE manifestó que "hay una conciencia clara de la poca bondad que puede tener el alcohol para la conducción", ya que el 96 por ciento de los encuestados considera que "si bebe, no va a coger la moto".

Sin embargo, un 25 por ciento respondió que "sí subiría a uno de estos vehículos conducidos por alguien que sí ha bebido". En este sentido, explicó que los sujetos de esta encuesta tienen una consideración del alcohol en un 2,68 sobre cinco, lo que significa "que aprueban el alcohol, pero muy raspado".

Respecto a su frecuencia, la mayoría de los encuestados, un 35,5 por ciento, lo hace solamente de vez en cuando; en fines de semana, un 23,7 por ciento, o en fiestas y celebraciones, un 15,8 por ciento. Por su parte, el 0,7 consume alcohol entre semana, mientras que el 24,2 por ciento declara no beber nunca.

El concejal de Juventud apuntó que el objetivo de este estudio es "dar a conocer el impacto real de las campañas que el Ayuntamiento de Málaga viene realizando desde hace 10 años, en la línea de erradicar y minimizar el consumo alcohol entre los adolescentes y sobre todo de hacerles comprender cuál es la potencialidad nociva que tiene, principalmente, a esas edades tempranas". Por otro lado, el informe tratará de "marcarnos nuevas líneas de acción futuras, además de las que ya vienen realizando", explicó.

La encuesta se realizó el pasado 21 de mayo en la entrada de calle Larios y la plaza de la Marina entre un total de 157 jóvenes, que tenían una media de 15,8 años.

Según el concejal, se trata de "la edad propia" para incidir en datos sobre el consumo de alcohol, los hábitos de ocio, el fomento de actividades como el ocio alternativo y el concepto de ocio saludable, entre otros. "Es este momento en el que hay que incidir porque es el que va a marcar el resto de su actitud a la hora de divertirse y a la hora de ocupar su tiempo libre, por lo menos de su juventud o, incluso, del resto de su vida", manifestó.

Según precisó López Gaona, los resultados constituyen casi "una copia milimétrica" de los diferentes estudios que realizó el Instituto de Juventud (Injuve) en distintos puntos geográficos de España.