El tramo de la nueva N-121-A, que conecta Gipuzkoa y Navarra a través de las comarcas de Bidasoaldea y Bortziriak, registró en su primer año en funcionamiento un alza de tráfico del 12 por ciento, hasta alcanzar los 10.800 vehículos/día en las inmediaciones de Endarlatsa, de los que el 27 por ciento son vehículos pesados.

Según informó la Diputación de Gipuzkoa, en 2007, antes del inicio de las obras de reforma, el tráfico en ese tramo de seis kilómetros era de unos 9.700 vehículos/día, si bien este número descendió durante el período de ejecución de las obras hasta los 7.200 vehículos/día marcados en enero de 2009.

"Si el tráfico de la reformada carretera N-121-A ha experimentado una importante evolución al alza, el crecimiento de la seguridad y comodidad de los usuarios ha resultado exponencial, contribuyendo decisivamente a la mejora de las condiciones de movilidad y de la calidad de vida de los vecinos de la zona", destacó la institución foral.

Esta actuación es fruto del "histórico" acuerdo alcanzado en mayo de 2004 por la Diputación Foral de Gipuzkoa y el Gobierno de Navarra, que permitió "solventar satisfactoriamente un contencioso sobre la titularidad de la carretera iniciado a mediados del siglo XIX".

La reforma de la N-121-A en el tramo guipuzcoano entre Laskuain y Endarlatsa discurre a lo largo de un recorrido de 6,6 kilómetros, en un 60 por ciento sobre nuevo trazado. La N-121-A cuenta en este tramo con dos semienlaces en las zonas de Intxaurreta y de Gurutze y una nueva glorieta en Puntxas.

La nueva carretera cuenta también con los túneles de Lamiarri (477 metros) e Intxaurreta (105 metros), cuatro viaductos y un nuevo puente de diseño singular sobre el Bidasoa, de 190 metros de longitud. Asimismo, un bidegorri discurrirá en paralelo a la nueva carretera en todo su recorrido.

La realización de esta actuación de mejora de las comunicaciones entre Gipuzkoa y Navarra ha conllevado una inversión de unos 60 millones de euros, de los que 52 millones de euros fueron aportados por la Diputación Foral de Gipuzkoa y 8 millones de euros corrieron a cargo del Gobierno de Navarra. Las obras fueron realizadas por la UTE formada por las empresas Mariezcurrena, Zubi Eder, Nortunel y Urssa.