Según dijeron hoy a Europa Press fuentes de la Delegación de Educación de la Junta en Córdoba, la investigación que ésta abrió a raíz de la muerte del bebé, cuyas conclusiones dependerán de los últimos análisis derivados de la autopsia, "quedará subordinada a lo que pueda determinarse en el ámbito judicial". Mientras tanto, según las mismas fuentes, "el centro sigue funcionando con normalidad".

En cuanto a la intervención judicial, el citado juzgado cordobés, según publica hoy 'Diario Córdoba', está investigando la muerte del bebé por si esta fuera achacable a una imprudencia de los responsables del centro. Con tal fin, el juez ha citado a declarar la próxima semana a los responsables de la guardería —una mujer y su hijo— y a la trabajadora que estaba encargada del niño.

La primera autopsia realizada al bebé apuntaba a una muerte súbita, aunque sin descartar como causa del fallecimiento la broncoaspiración, es decir, las aspiración accidental de líquidos o alimentos por las vías respiratorias, lo que implica que el pequeño pudo atragantarse mientras comía y esa circunstancia llevaría a pensar en una posible imprudencia.

Precisamente, el atragantamiento mientras le daban de comer fue una de las versiones que le dio el centro a la madre del bebé, aunque luego le dijeron que el pequeño —que ese día tenía mucosidad— había muerto solo en su sillita, aunque, en las declaraciones ante la Policía, los responsables de la guardería coincidieron en que al pequeño se le estaba dando de comer.

La autopsia detectó restos de comida en la boca, lengua, tráquea y laringe del pequeño, que era hijo de una joven inmigrante de Mali, aunque se está a la espera del resultado de nuevos análisis para determinar si el bebé murió asfixiado por broncoaspiración.