Según informó la Fiscalía Superior del Principado, la joven L.L.R. se enfrenta a ocho años de internamiento en régimen cerrado y tres más de libertad vigilada como supuesta coautora de un delito de asesinato, al menos tres de lesiones, tres más de detención ilegal y contra la integridad moral y uno continuado de estafa.

El Ministerio Público solicita además para la acusada una indemnización para la madre de la fallecida de 50.000 euros, que deberá pagar solidariamente con sus padres. Por su parte, la defensa solicita para la joven la libre absolución.

En la primera sesión de la vista, que se prolongará previsiblemente hasta el jueves, comparecieron la joven; los padres de ésta; la madre de la víctima, María del Rosario; y los también imputados e inquilinos de la vivienda, Pablo B. y Cristian M.P., que se acogió a su derecho a no declarar.

Por su parte, Pablo, hermano de la fallecida, se ratificó en sus declaraciones previas. Según informó su letrado en declaraciones a Europa Press, en la testifical habló de que en la vivienda reinaba un clima de terror y dijo que estaba supeditado y amenazado por Jesús y, en ocasiones, por la menor.

La abogada defensora emplazó a esperar al último día de la vista porque, de lo contrario, las valoraciones serían "sesgadas" y lamentó que no prestase declaración el padre de la fallecida, personado como acusación particular, porque su testimonio es "fundamental para determinar la responsabilidad civil", entre otras cuestiones.

Respecto a su cliente, L.L.R., novia de Jesús y residente del inmueble, indicó que su declaración fue "coherente con las prestadas hasta el momento" y dijo que contestó a las preguntas de Fiscalía, acusación y defensa.

La vista oral continúa mañana con las declaraciones del padre de la víctima, el novio de la joven imputada y varios vecinos del piso de la calle Mariscal Solís.

En el juicio están citados un total de catorce testigos, entre los que se encuentran los otro cuatro imputados en el caso, tres en prisión provisional y una, la madre de la víctima, en libertad con cargos.

Los hechos

A finales de junio de 2009, la Policía acudió al número 19 de la calle Mariscal Solís de Oviedo, tras recibir la llamada de la madre de la víctima, en la que alertaba de que su hijo había hallado restos humanos en la nevera.

En su declaración en Comisaría, Pablo B. confesó haber descuartizado a su hermana la noche de San Juan tras una discusión y haber escondido los restos en la nevera, aunque apuntó a Jesús como autor material e intelectual del asesinato.

Además de la víctima y su hermano Pablo B., en la casa residía la madre de ambos, María del Rosario B.; Cristian M. P., de 21 años; Jesús V., de 19 años, y su pareja L. L. R., de 17 años, con su bebé.

La joven -que ya ha cumplido la mayoría de edad- salió en libertad provisional el pasado 27 de marzo, tras agotar el plazo máximo de nueve meses de internamiento cautelar previsto en la Ley del Menor.