Nadadora no habla de influencia, sólo de gustos. Pero ya es una pista. Este sexteto con raíz en O Grove también apuesta por canciones bonitas, así, a lo naif. Con sus temas son capaces de remover la memoria de cualquier ex adolescente que ronde la treintena, de verbalizar las expectativas, las frustraciones y hasta el día a día de cualquier joven.

Un aire de cotidianidad que quizá recuerde a Los Planetas o La Buena Vida, pero la morriña gallega tiene personalidad propia y también voz. La de Sara, la coruñesa del grupo, que regresa a casa para demostrar que ya son mayores.

* Playa Club. Andén de Riazor, s/n. Mañana, a la medianoche. Las entradas cuestan seis euros.

Dos pruebas y un aval

Lo suyo casi fue llegar y besar el santo. El pasado año, con dos maquetas en su currículum –El cielo de antenas y Octubre– participaron en el Proyecto Demo del Festival Internacional de Benicassim y quedaron segundos entre 600 grupos. Un empujón que se traduce en su primer disco, Todo el frío del mundo (2005).